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martes, 31 de agosto de 2021

Bolonia y San Leo.

 Hola navegantes.

Ayer nos quedamos en Bolonia para conocerla mejor hoy. Hemos hecho un recorrido por sus monumentos y os comento lo que más me ha llamado la atención.

En la Basílica de San Petronio está grabado en el suelo lo que se supone que es el meridiano 60.

Recorre en diagonal todo el suelo de la Basílica. No sé si la gente está demasiado informada o demasiado poco, porque Bolonia está en el meridiano 11. El meridiano 60 está en Irán. Seguramente es una reminiscencia de antes de ponerse de acuerdo los geógrafos en considerar el meridiano cero el que pasa por Greenwich.

También hay allí una reproducción del péndulo de Foucault, con el que demostró el giro de la Tierra.

Como anécdota curiosa, está prohibido entrar con ropa cortita o inadecuada. Una chica iba con top y minipantalón, y fue acercándose a la puerta tirando del top para abajo para juntarlo al pantalón, y del pantalón para abajo para ver si lo alargaba. Pero no coló. En la puerta había dos militares y un paisano, y éste es el que le dijo que así no pasaba. Debía ser el sacristán. Un chollo de trabajo, porque la chica se puso un pañuelo por encima, y el de paisano fue tirando de él hasta que consideró que tenía los muslos bastante tapados, y entonces le dejó pasar.

La fachada es de piedra y ladrillo y está sucísima:


Están haciendo una colecta para limpiarla, y por 50 euros se limpia uno de los ladrillos. Con la donación tienes derecho a un certificado con una foto del ladrillo que se ha limpiado con tu dinero. Me parto:


Bolonia también tiene dos torres inclinadas como la de Pissa. La más baja tiene 50 metros de altura y está desviada 3 metros de la vertical. Además se están resquebrajando y las han sujetado con unas abrazaderas de hierro:


Y como curiosidad, todavía circulan trolebuses, como los antiguos de Santander.

Por la tarde fuimos al pueblo de San Leo, que está fortificado en lo alto de una peña:


Tiene muchas iglesias y palacios, pero sobre todo la fortaleza:


Volviendo a Bolonia de puso a llover de forma torrencial, y en la carretera algunos coches de paraban en el arcén porque el limpiaparabrisas no daba abasto. Mal rollo si nos coge en el mar.

Me han comentado que en nuestro mismo pantalán hay unos chicos italianos que están haciendo Génova-Venecia en un 26 pies (un poco más grande que el Corto Maltés) y vamos a intentar conocerlos mañana. Siempre es bueno compartir las experiencias, y a lo mejor hasta navegamos algunos días en paralelo.

Con cuidado, navegantes.



lunes, 30 de agosto de 2021

Reencuentros.

 Hola navegantes.

Aunque ya no estamos en la edad del "cuelga tú, no, tú", los reencuentros son siempre emocionantes. Hoy se ha despedido Juan en Bolonia para volver a Santander, y en el mismo avión ha venido Ana para finalizar conmigo (si lo conseguimos) esta vuelta a Italia.

 Ni que decir tiene que para mí van a ser los mejores días, sin apresuramientos por el compromiso de recoger a un tripulante que llega en avión un día concreto, sin que la nostalgia se invite a la fiesta, y con la emoción de llegar con Ana en el Corto Maltés a Venecia (si lo logramos).

Por lo menos hasta el 2 o 3 de septiembre seguirá el barco en Rimini, para nosotros visitar Bolonia y la República de San Marino. Luego seguiremos hacia el Norte, hasta el día 21 que recoge el camión nuestro barco para volver a Santander por carretera. 

Con cuidado, navegantes.

domingo, 29 de agosto de 2021

Esperando a Ana en Rimini.

 Hola navegantes.

Esta mañana salimos de Cattolica con destino a Rimini, una etapa corta para llegar a tiempo a recoger un coche de alquiler. Hubo un viento del NW (de cara) que nos hizo dar varios bordos, y llegamos a Rimini antes de comer. La ciudad de reconoce desde lejos por un rascacielos (le veíamos ya ayer antes de Cattolica): 

y de más cerca por una caseta de pescadores y un restaurante en la punta del espigón:

A primera hora de la tarde fuimos en bici al aeropuerto de Rimini a recoger el coche. Debe tener pocos vuelos, porque la oficina de alquiler (elegimos la del aeropuerto porque es la única que abre los domingos) está en la zona de las salidas internacionales, y aquello estaba desierto como tras una bomba de neutrones. No había nadie, ni pasajeros ni personal, y cuando llamé por teléfono a la oficina de alquiler para saber dónde se encontraba, se dió cuenta de dónde estaba yo por el ruido de nuestros pasos.

También aprovechamos para ir conociendo Rimini (os lo contaré otro día que lo visite con Ana), y a última hora para cambiar el aceite del fueraborda. Ya os dije que no pude cambiarlo por su sitio normal porque la tuerca de vaciado estaba apretada a muerte, y hoy lo hemos hecho Juan y yo por la boca de llenado, vaciando el viejo con una jeringa.

Mañana vamos en coche al aeropuerto de Bolonia para el cambio de tripulación, y Ana y yo dedicaremos 3 o 4 días a descansar un poco del barco y hacer un poco de turismo por estos alrededores.

Con cuidado, navegantes.

A la Guardia Costiera le parece peligrosa la lluvia.

 Hola navegantes.

Ayer salimos de Fano después de dudarlo mucho, por el pronóstico de lluvia torrencial en la mitad del día. Pero no quisimos arriesgarnos a dejar las 24 millas de Fano a Rimini para el último día, que tenemos que llegar a tiempo de recoger un coche alquilado en el aeropuerto. Así que salimos para una etapa corta, sólo 7 millas hasta Pesaro, sabiendo que a lo mejor nos mojábamos.

Y en efecto, nos pilló. Fueron poco más de 2 horas con poco viento del W, que apenas levantaba olas por soplar desde tierra. La marina no contestaba al teléfono y entramos al puerto de Pesaro para parar en la gasolinera y preguntar. Nos confirmaron que la marina no tenía plazas, y el de la gasolinera nos convenció de llamar a la Guardia Costiera para que nos dijera dónde amarrarnos hasta mañana. Y ahí empezó el lío.

La Guardia Costiera nos pidió todos los papeles, incluyendo la declaración del Covid de cuando entré en Italia hace 2 meses. Lógicamente el tripulante no coincidía y se mosquearon. Luego nos dijeron que podíamos quedarnos en el muelle pero siempre tenía que haber uno a bordo por si había que maniobrar (!). No podíamos ir juntos a comer, dijeron expresamente que fuéramos de uno en uno. Y finalmente que tenía que explicarles por qué había decidido echarme al mar con el mal pronóstico meteorológico. ¡Que sólo daba lluvia!. Si cada vez que salgo a navegar con pronóstico de lluvia tengo que justificarlo ante un uniformado, estaría para encerrar.

Con ese panorama salimos de Pesaro en cuanto escampó, para hacernos otras 8 millas hasta Cattolica. Y por cierto, el de la Guardia Costiera me llamó para decirme que cuando llegase a Cattolica le telefonea para informarle de nuestra llegada. 

Salir de Pesaro fue un acierto, porque por la tarde hizo un viento suavecito y sol, y la costa hasta Cattolica es muy bonita. Y entramos a Cattolica en una tarde de auténtico verano.

Cattolica está situada en la entrada de un río. Por cierto, nadie ha sabido decirme el origen de su nombre y hasta les parecía raro que se lo preguntara. Tampoco lo he encontrado en internet. Lo que está claro es que no tiene que ver con la religión. Si alguien lo sabe que nos lo aclare.

En realidad son dos ciudades, Cattolica y Gabicce, separadas por un río. Hay dos puertos deportivos cerca de la embocadura, otro a lo largo del mismo río, y un cuarto río arriba. 


Es típica la Torre de su faro, hecha con tubos en vez de con mampostería:


También el pequeñísimo transbordador que cruza el río, que se desplaza de lado gracias a una cadena echada por el fondo en vez de tener su propio motor:



Los que tienen el velero en el río supongo que son unos privilegiados, porque el sitio vale su peso en oro:


La marina ha sido de las caras, 40 euros, pero después de la perspectiva de Pesaro fue un acierto salir de allí. Ahora nos quedan sólo unas 100 millas para Venecia y allí completar la vuelta a Italia, un objetivo que parece alcanzable. Este cartel, que se refiere a la vuelta ciclista, también parece hecho para mí:


Hoy haremos las 8  millas que nos separan de Rimini, y mañana se va Juan y se incorpora Ana. Dedicaremos 3 días a conocer Bolonia, la República de San Marino y Rimini, y luego seguiremos hacia Venecia.

Con cuidado, navegantes.

sábado, 28 de agosto de 2021

Frío y lluvia.

 Hola navegantes.

Ayer salimos de Ancona para una etapa de 26 millas hasta Fano. Otra etapa de las de olvidar, porque aunque fue también de pura vela, en este caso lo fue en el extremo de lo desagradable. Un viento favorable del NE pero muy fuerte, que nos obligó a reducir las velas al máximo, pero sobre todo con frío y lluvia. Aquí las cortinas de lluvia que nos acechaban:


Y además por una costa llena de plataformas petrolíferas con zonas de navegación prohibida a su alrededor, que tengo que reconocer que no respetamos siempre por la imposibilidad de cambiar el rumbo con ese vientazo.


Llegamos a Fano a primera hora de la tarde, sin comer, y el tiempo ha seguido frío y lluvioso. Hace raro ver a la gente por la calle con paraguas después de donde venimos. Yo he vuelto a dormir en el saco de plumas, y con el bluf y el gorro de lana. Toda la noche ha estado lloviendo.

Fano es un puerto muy grande y está medio vacío. Casi todos los atraques son al segundo estilo mediterráneo, con dos perchas clavadas en el fondo que tienes que agarrar al entrar, amarrar allí el extremo que vas a dejar apartado del muelle, y luego avanzar con el otro extremo hasta el muro.

Deben tener un problema especial con las gaviotas, visto el gran número de inventos para combatirlas: simulacros de aves rapaces colgados por el aire para que el viento les haga parecer que vuelan:

Siluetas de búhos:

Y hasta el cadáver de una gaviota de su misma especie, la patiamarilla, en plástico, colgada cabeza abajo de una estaca:

Al parecer todos dan resultado por un corto espacio de tiempo, y luego se acaban acostumbrando. Y si no mirad qué tranquila está la del fueraborda mirando a su buhito:

El pueblo está lleno de muñecotes de cartón piedra como si fuera el Carnaval.

Nosotros tenemos que estar mañana en Rimini a las 18 h para recoger un coche alquilado, con el que ir a Bolonia para el cambio de tripulación el lunes. Hoy dan pronóstico de lluvia para todo el día y no hemos decidido aún lo que hacer.

Hasta mañana, navegantes.

jueves, 26 de agosto de 2021

Por fin la pura vela.

 Hola navegantes.

Hoy salimos de San Giorgio con dirección a Ancona con un pronóstico muy favorable: vientos del NE cuando nuestro rumbo iba a ser NW, y se cumplió. Y hemos disfrutado de un día soleado de auténtica vela, que ha compensado las penalidades de los anteriores.

Las primeras dos horas el viento fue muy suave y pudimos hacer algunos bricolajes mientras navegábamos: sellar una grieta del metacrilato de la ventana de la camareta, a ver si esa era la causa de la gotera, y coser la funda de la vela mayor:



(al ver la foto me he dado cuenta de lo poco ortodoxo de la costura, pero es que Juan me estaba dando palique y me distraía; aunque no sea muy elegante espero que dure).

Al mediodía salió el anunciado viento del NE, reforzándose al avanzar el día. Mientras navegábamos hacia el Norte lo aprovechamos con la mayor y el espí, y cuando superamos el cabo Ancona con sus dos picachos:

e hicimos rumbo hacia el W, con el espí y el génova en orejas de burro. Eso ya fue por la tarde, el viento había alcanzado fuerza 4-5 y el Corto Maltés no bajaba de los 5 nudos, con un pico de 6.7 nudos. Una gozada.

La costa del Cabo Ancona, en su parte virgen, es preciosa: unos altos acantilados de paredes blancas, y bajo ellos, en la playa, las casitas de los pescadores:


La parte mala, que para construir el puerto comercial prolongaron esa maravillosa península con un conglomerado de hormigón para los grandes muelles, y ahora lo que marca el extremo de la península no es la catedral de San Ciriaco sino el hormigón del relleno. 

Y la propia ciudad está horrible con esa fachada marítima hormigonada:


Con cuidado, navegantes.

miércoles, 25 de agosto de 2021

Llevar galones.

 Hola navegantes.

Eso es lo que nos merecemos Juan y yo después de los avatares de hoy. Los días anteriores habíamos observado que de madrugada soplaba un viento terral, del SW, que nos venía muy bien para avanzar hacia el Norte. Pero se agotaba enseguida, hacia las 8 h., y una hora después estábamos luchando contra un NW de cara de fuerza 5 que había temblar todo el barco. Como el pronóstico para hoy daba más de lo mismo, y queriendo llegar a San Giorgio (unas 30 millas) decidimos madrugar a lo bestia, salir a las 5, y así aprovechar el terral con idea de hacer la etapa del día antes de que saliera el NW. Luego ya tendríamos tiempo de descansar en la marina.

Ya, ya. Desde antes de las 5 estaba soplando el NW, que hoy había decidido madrugar como nosotros para castigarnos bien. Antes de amanecer ya estábamos dando bordos a lo loco, y no solo eso, empezamos a ver relámpagos en el horizonte. 

Después de salir el sol empezó a contraerse el horizonte y a oscurecerse todo, y nos envolvieron unas nubes tan negras que ocultaban la perilla. Y luego vino la hecatombre. Nos sacudieron 3 o 4 aguacerazos como no he conocido en mi vida, ni siquiera en Cantabria. Caía tanta agua que aplanaba las olas, y veíamos que fuera del aguacero las crestas de las olas rompían, pero dentro del aguacero se quedaban planchadas. Entre las 6 y las 8 de las mañana estuvimos navegando con un viento variable en dirección (del W al NW) y fuerza (fuerza 6 o 7 en los chubascos, fuerza 2-3 entre ellos), teniendo incluso que ponernos a la capa para poder manejar la situación.


Con gran dificultad conseguimos entrar al puerto de San Benedetto, a mitad de camino. Pues justo al amarrar en el atraque salió el sol, y el paseo sobre la escollera se llenó de veraneantes paseando.

Por cierto, ese paseo sobre la escollera es una auténtica obra de arte deliciosa. Los bloques de piedra están esculpidos por artistas conocidos o anónimos, haciendo del paseo un asombro permanente.




Entonces tuvimos que decidir si seguir navegando para llegar a nuestro destino, o pasar el día en ese agradable pueblecito descansando y tomando el sol. Sólo eran las 11 de la mañana, pero ya llevábamos 5 horas de dura ceñida y aguaceros. A pesar de eso decidimos seguir, para intentar no fallar a nuestra cita en Rimini. Después de secar toda la ropa al sol continuamos hasta San Giorgio, donde llegamos a primera hora de la tarde.

San Giorgio no tiene nada que os pueda contar por haberme llamado la atención, como no sea esto: saber qué aspecto tendrá mi barquito de mayor:


Con cuidado, navegantes.

martes, 24 de agosto de 2021

Llovió.

 Hola navegantes.

Hoy salimos de Pescara con destino a Giulianova, un pueblito a unas 20 millas al Norte. La madrugada fue rara porque el cielo apareció totalmente cubierto, algo a lo que no estamos acostumbrados en este viaje. Y ha sido una jornada muy rara en la meteorología.  Después de un periodo corto en que aprovechamos el terral del SW, vino un periodo corto con un viento tan suave que tuvimos que meter motor, y finalmente un NW de fuerza 4-5 que nos permitió llegar a Giulianova, 27 millas contando los bordos, en 7 horas de dura ceñida.

Pero lo más raro de todo es que por la tarde ha llovido. No ha sido un aguacerazo como los de Santander, pero yo llevo 3 meses sin ver llover y pasando un calor como no está escrito, y esa sensación de tierra mojada y de refrescar el ambiente se me estaba olvidando. Bienvenida sea. Lo malo, que ha revelado una gotera en la ventana de proa de la camareta, un asunto más a la lista de bricolajes pendientes.

El puerto de Giulianova está sujeto a colmatación de arena y recientemente le han añadido un espigón nuevo al Norte, que no estaba en la guía Imray. Nos dimos cuenta por el color de las piedras, que estaban mucho más blancas que las del espigón del Sur. 

Nos recibió el marinero, Edmondo, que ha sido un ejemplo de amabilidad. Aparte de su cálida y supongo que rutinaria bienvenida, le pedimos que nos congelara los frigolines. Como íbamos a retirarlos esta noche porque mañana saldremos antes de que él venga a la oficina, comprendió que no se iban a congelar lo suficiente y cuando fuimos a recogerlos nos había conseguido un cubo lleno de hielos, que no ha querido cobrarnos. En estas navegaciones largas se conoce gente que sólo intenta aprovecharse de ti, pero por suerte también a gente que intenta ayudarte. Gracias, Edmondo.

Con cuidado, navegantes.



lunes, 23 de agosto de 2021

Llegamos a Pescara.

 Hola navegantes.

Hoy salimos de Marina del Sole para una etapa anodina hasta Pescara. Para llegar a la cita con Ana en Rimini solo necesitamos hacer 20-23 millas cada día, y nos lo podemos tomar con calma.

Y en efecto fue anodina. Otra vez salió viento del Norte, de cara, pero de poca intensidad, y tuvimos que apoyarnos con el fueraborda para no eternizarnos. Por el camino hemos visto alguna de las plataformas petrolíferas que proliferan en el Adriático. Son un lío más para la navegación, porque tienen una amplia zona de exclusión a su alrededor que hay que respetar a rajatabla. Las de ayer, por ejemplo, a punto de llegar a Marina del Sole, había que dejarlas por babor abriéndonos casi 3 millas de la costa, o por estribor en una franja estrechísima de 100 entre la zona de exclusión y las rocas de un arrecife artificial. Optamos por lo segundo.

Lo otro que distrajo nuestra atención fue ver una tortuga gigante, sorprendentemente cerca del puerto, como a una milla. Es la tercera que veo en este viaje.

Hemos llegado a Pescara a las 14 horas. Como regalo de bienvenida nos han dado un botecito de aceite de oliva de producción local que se aplica con espray:


Dentro de mi absoluta incultura culinaria, pensé que el espray era para untarte el aceite en la piel con algún fin medicinal, pero no, debe ser una forma fina de aplicar el aceite a las ensaladas.

Con toda la tarde por delante hemos dedicado tiempo a la intendencia (la colada y el súper) y a conocer Pescara



En el propio Río Pescara hay un puerto fluvial en que los barcos se amarran de una forma curiosa. La proa la aproximan al muelle, y la popa, en vez de amarrarla a un muerto sumergido, la amarran a una cadena sostenida en el aire por columnas inclinadas. El sistema es tan complejo y caro en comparación con echar un bloque de hormigón al fondo, que tiene que haber una buena razón para hacerlo así. Si me entero os lo contaré:



Y en relación con la planta que nos ofrecieron en Rodi Gargánico, y que servía para las picaduras de medusas, en efecto era una premonición. Ya tenemos por aquí a las indeseadas a la deriva.

Con cuidado, navegantes.


domingo, 22 de agosto de 2021

Sí entré en sus parámetros.

 Hola navegantes.

Hoy salimos de la isla de San Domino a las 6 y pico para dejar el muelle libre para el ferry de los turistas. Luego hemos hecho unas etapa larga (47 millas) hasta Marina del Sole. Inicialmente pensábamos haber hecho 22 hasta Termoli, pero salió un día tan bueno y un viento tan favorable que preferimos alargarlo para tener el camino hecho cuando vengan los días malos, como ayer, de vientos duros y de proa.

La mañana fue con un viento tan flojito y un mar tan liso que aprovechemos para varios bricolajes. También para comprobar que el piloto automático sigue fallando a pesar del arreglo del cardan del su compás. Como aún está en garantía no voy a toquetearlo más y terminaré el viaje con el piloto viejo, que ahora funciona mejor que el nuevo. En Santander gestionaré su sustitución.

Por la tarde salió el anunciado viento del NE, y como nuestra ruta era hacia el Oeste hemos estado buena parte de la tarde con la mayor y el espinaker, sobre un mar sin olas donde da gusto navegar.

Al decidir que nos quedaríamos en Marina del Sole pedí plaza por correo electrónico, y me contestaron que no podían dármela porque "las dimensiones de su barco no entran en nuestros parámetros". Como no contestaban al teléfono no pude pedir aclaraciones del eufemismo, pero supongo que se refería a que no iba a poder entrar en el puerto, que tiene zonas con 0,5 m de calado. Decidimos ir a mirarlo, y entramos a la gasolinera a repostar. Desde allí pudimos ver que, en efecto, el calado era mínimo, pero el fondo era de algas. Despacito, con la orza y el timón subidos, fuimos entrando hasta una plaza libre y luego en la oficina nos dijeron que por supuesto, si habíamos entrado podíamos quedarnos. O sea que al final sí entré en sus parámetros, y aquí estamos, tan contentos, en un extraño muelle circular y con el borde altísimo. De la tierra tenemos que pasar al techo de la camareta.



En parte es porque en el Adriático vuelven a dejarse sentir las mareas, aunque de momento con unos ridículos 15 cm de diferencia.

Respecto a la vida s bordo, ha mejorado mucho al terminarse la ola de calor y ascender hacia el Norte. La camareta ya no es una sauna, y he vuelto a usar el saco de dormir.

Con cuidado, navegantes.

sábado, 21 de agosto de 2021

En las islas Tremiti

 Hola navegantes.

Hoy salimos de Rodi para una etapa corta, a las Islas Tremiti. Por desgracia el pronóstico volvió a fallar, y en vez de viento del Oeste, que nos hubiera permitido venir de un bordo, fue del N-NW, lo que nos obligó a dar otra vez bordos y a ayudarnos con el motor para no eternizarnos. Llegamos a las islas a las 15.30, justo para comer, echar una siesta y salir a conocerlas.

Las islas no tienen marina ni acceso al muelle. Son cuatro, San Domino y San Nicola, habitadas, y Cretacio y Caprara, deshabitadas. Se cuenta que un ermitaño encontró aquí un esqueleto con una vasija de oro. Volvió a la civilización, y a su muerte dejó el oro restante para hacer un monasterio, y es el de San Nicola.

Posteriormente fue una prisión. Como había mucha violencia y se atribuía a la falta de mujeres, el rey de Nápoles decidió mandar a las Tremiti a todas las prostitutas de Nápoles. Aún hoy se dice que los habitantes de las Tremiti hablan con acento napolitano.

Como las islas no tienen marina ni sitio en los muelles, sele haber boyas de alquiler, pero este año no las han puesto. Por el camino yo había llamado a la Capitanía para ver si podían dejarnos amarrar en el muelle de los ferries, que se queda libre cuando se va el último a las 18.45 h. Me dijeron que ya estaba adjudicado, pero al contarle nuestro periplo y el tamaño del barco me dijeron que volviera a llamarles por la tarde. 

Inicialmente nos fondeamos a sotavento del espigón del muelle de San Domino, protegidos del viento del NW:

 Tuvimos que contratar el servicio de un botero que nos desembarcase en la Isla de San Nicola, al no tener Zodiac. Allí visitanos el castillo y la pequeña población.

Más tarde contacté de nuevo con la Capitanía  me confirmó que podíamos quedarnos en el muelle de los ferries de San Domino. La maniobra es "a la mediterránea", dejando caer un ancla por la popa y acercando la proa al muelle. Tuvimos que sacar el ancla de popa, que ya hacía semanas que recogí por falta de uso. Este pequeño privilegió nos ha permitido desembarcar en San Domino, conocer la pequeña población, y pasar la noche con más seguridad que en el fondeo. 

En las dos islas había multitud de turistas rojos como un bistec crudo, que vienen en ferry desde varios puertos del Continente, y que les quitan a las Islas todo su encanto. El precio del desarrollo, pues supongo que es esto o algo similar a la España vaciada.

Mañana seguiremos nuestro camino hacía el Norte.

Con cuidado, navegantes.

viernes, 20 de agosto de 2021

Hoy todo bien.

 Hola navegantes.

Hoy salimos muy temprano de Vieste porque no teníamos claro nuestro destino, y la opción más pesimista (33 millas hasta las Islas Tremiti ciñendo contra un viento del NW, que las habría convertido en más de 60 millas) nos habría llevado a navegar hasta el anochecer. La opción más optimista era poder recalar en Rodi Gargánico, a 16 millas, y desde allí saltar a las Tremiti mañana.

El problema es que Rodi no tenía atraques para nuestra pequeña eslora, y sólo tenía plazas de 12 metros, pretendiendo cobrar por el tamaño de la plaza en vez de por el tamaño del barco, algo completamente atípico. En concreto pedían 65 euros, cuando ayer en Vieste pagamos 30 y anteayer en Trani 14. 

Después de una navegación a todo meter por la mañana, finalmente entramos en Rodi y pedimos hablar con el director. Resulta que hay 3 directores para 8 marineros, una proporción que dice mucho de sus pretensiones. Después de exponer nuestra situación fue comprensivo con el hecho de que con nuestra pequeña eslora estamos más obligados que los barcos grandes a disponer de escalas intermedias, y nos cobró la tarifa de hasta 8 metros. Gracias Emanuel.

La marina de Rodi creo que pretende convertirse en una perla de la náutica centrada en la clientela de alto poder adquisitivo. Por ejemplo nos regalaron como presente de bienvenida una planta con su tiesto y todo, que al parecer sirve para tratar las picaduras de medusa:


Espero que no sea una premonición, porque hoy vimos la primera medusa en todo el viaje. Les agradecimos el detalle, pero si en el Corto Maltés no nos cabe la comida de más de 2 días, menos una planta. Se la cambié por dos llaveros flotantes que nos resultan más prácticos. Supongo que en la mayoría de los barcos que recalan aquí recibir una planta no es un estorbo. La marina tiene recogida selectiva de basuras en el pantalán, los pantalanes son flotantes pero de hormigón, para más estabilidad, tiene una gran zona comercial con tiendas y restaurantes, y dos edificios de aseos enormes.

Una vez establecidos, con toda la tarde por delante, desarmamos el piloto automático para engrasar con aceite dieléctrico sus contactos, como me recomendó ayer en el blog mi amigo navegante José Schneider. Pues al abrirlo descubrimos que el compás fluxgate que lleva se había salido de su suspensión cardan (que le mantiene horizontal pese a las olas y la escora) y estaba inclinado y bloqueado. Por suerte los pequeñísimos ejes sobre los que gira no se habían perdido y pudimos volver a montarlo, trabajando con unas pinzas tipo "mosquito" de mi botiquín.


Casi seguro que es lo que no le dejaba funcionar bien, y estoy deseando probarlo mañana para salir de dudas. Por qué se habrá salido de su suspensión casi seguro que ha sido por alguno de los días duros que hemos tenido, en que el barco no paraba de dar pantocazos.

Hemos ido a conocer Rodi, que está en una ladera vertiginosa desde la que se tiene una vista panorámica del propio puerto


y de las islas Tremiti, nuestro destino de mañana, en el horizonte:


(son muy bajas y hay que ampliar la foto para distinguirlas).

Luego callejeamos un poco y os enseño algunas curiosidades: la mesa de un bar hecha con una moto, o la calle de los pantalones.




Mañana intentaremos llegar a las Islas Tremiti, uno de los sitios míticos de este viaje.

Con cuidado, navegantes.