La dolina de Tiscali.

 Hola navegantes.

Ayer hicimos el mejor trekking de Cerdeña. Se trata de la dolina de Tiscali. Una dolina es una especie de cueva ahuecada en el terreno calcáreo por efecto del agua, que a lo largo de los siglos va disolviendo la roca. Cuando el peso de su techo es suficiente se hunde, y queda una depresión en el terreno que recuerda el cráter de un volcán.

La de Tiscali es enorme, tiene como 100 metros de diámetro y su cúpula se desfondó pero no entera, y ha quedado como una esfera hueca con un agujero arriba. Pues en ese sitio tan bien protegido, pero a la vez tan inaccesible, un pueblo cavernícola,  los Nuraghe, una cultura de mil años antes de la era común, construyó un poblado. 

Se accede esquilando a una montaña por sitios increíbles

Y desde arriba se tienen unas vistas espectaculares del Valle de Lanaitto, que cuando llueve mucho tiene en su interior un río caudaloso

Del poblado Nuraghe sólo quedan, obviamente, las ruinas, distinguiéndose la cabaña del jefe, la zona donde vivían los humanos y la de los animales.

Lo que no se entiende bien es por qué hicieron el poblado en una zona con un acceso tan endiablado, barajandose que era para esconderse de los invasores de la isla, aunque cuesta entender que allí arriba pudieran criar el ganado y encontrar agua.

Como anécdota increíble, para entrar en la dolina nos pidieron el certificado Covid, cuando estábamos al aire libre y sin nadie en varios kilómetros a la redonda. Nos han contado casos que, después de darse la matada para subir la montaña, se tuvieron que volver sin entrar en la dolina.

Y también nos sorprendió que en el sitio, aunque no estaba abandonado y tenía un guarda, no trabajaba nadie, cuando evidentemente está sin explotar y a nada que se excave un poco irán saliendo joyas arqueológicas.

Luego fuimos a ver otro poblado, el Nuraghe de Carros,  dedicado al culto al agua

y una cueva natural sin nada de especial.

Después vinimos al pueblo de Palau, en la costa norte, para pasar hoy en ferry al archipiélago deLa Maddalena.

Hasta mañana, navegantes.