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jueves, 7 de abril de 2022

Hoy todo bueno.

 Hola navegantes.

Después de lo de ayer, hoy nos merecíamos un premio. Y así ha sido. Hemos conocido tres sitios preciosos, con poco coche, sin tener que buscar la banda de rodadura de la carretera achinando los ojos, y todo nos ha salido bien. 

En esta zona queríamos dedicar tres días a hacer trekking, y al ser temporada baja hemos conseguido guía para las dos excursiones más solicitadas de  Cerdeña, el So Gorropu y el Nuraghe de Tiscali (perdonad los nombrecitos, pero están en sardo), que haremos el viernes y el sábado y os contaré entonces. Hoy hemos hecho por nuestra cuenta la tercera, a la Cala Luna, pero eso ha sido por la tarde.

La mañana la dedicamos a conocer Orgósolo. Es un pueblo de montaña famoso por sus murales. Hace años un profesor de los que no siguen al abanderado, y con inquietudes artísticas, empezó a dibujar murales en las paredes del pueblo con sus alumnos. Es Francesco del Casino, actualmente famoso como pintor y ceramista. En los años 80 cambió de destino, pero ya se había hecho tan famoso el pueblo gracias a su iniciativa, que todos los años viene a renovar los que se van deteriorando, aparte de que se casó con una chica del lugar y tiene raíces familiares.

Los murales son todos de contenido social y muchos con un estilo picassiano, y aluden a hechos tan diversos como la guerrilla sarda, el Guernica y su aniversario, la muerte de Salvador Allende, el atentado a las Torres Gemelas, etc.




Había hasta uno del Corto Maltés con alguna filosofada


Y para no perder el aire de Mortadelo y Filemón de todo el pueblo, se ofrece un tour de los murales en motocarro:


Luego fuimos a conocer la impresionante surgente del Río Gologone. Se accede por unos paisajes que recuerdan a las montañas de Norteamérica


Una vez en la surgente, es de asustar porque el río sale con un flujo impresionante, miles de veces más fuerte que el Ebro en Fontibre, y con fluoresceína se ha comprobado que son aguas filtradas por el terreno kárstico desde cientos de kilómetros más arriba, tardando más de un mes en su recorrido subterráneo. 


Pocos kilómetros aguas abajo el río tiene ya este aspecto de Mississippi:


Y por la tarde fuimos a hacer el trekking costero de Cala Fuili a Cala Luna. Por desgracia la empezamos tarde porque tardamos en encontrar B&B y sólo pudimos llegar a la Cala Oddoana, 8 km en unas dos horas, teniendo que volvernos antes porque se hacía de noche.


Esta maravilla se queda en la lista de lo pendiente para otro viaje:


Con cuidado, navegantes.

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