Hola navegantes.
Hoy por fin cambió la meteorología y hemos tenido un día de verano para visitar las Islas Sulcitanas. Son un archipiélago al suroeste de Cerdeña, la isla principal es San Antioco, donde dormimos ayer, y otras dos habitadas, San Pietro y la Isla Plana.
A San Pietro fuimos en el ferry, que hace un trayecto de 4 millas en media hora. Sale del puerto de Calasetta, al norte de la isla de San Antioco, un precioso pueblo que rezuma ese aire de viejo péndulo parado de muchas ciudades insulares.
Por ejemplo fijaos en este cartel a la entrada del pueblo. Dice literalmente: "ATENCIÓN, DESACELERE. En este pueblo los niños juegan todavía en la calle", algo enternecedor.
En el puerto deportivo la mitad de los pantalanes estaban vacíos, y la mitad de los barcos deportivos tenían aspecto abandonado, como si los hubieran dejado allí a invernar y se hubieran olvidado de ellos. Fijaos en éste los moluscos que tenía, de esos que son como una sombrilla y al asustarse meten los flecos en un tubo.
Uno de los abandonados era un velero de ferrocemento, una técnica de construcción muy desconocida que consiste en hacer el casco de hormigón armado. Como estaba destrozado se veían las varillas.
Tomamos el ferry y en media hora desembarcamos en Carloforte.
Nos fuimos sin el coche ni las bicis pensando que era una isla accesible a pie, y en caso necesario alquilar una moto. Pero al ser domingo los alquileres estaban cerrados, y la isla mide unos 10 km (unos 30 de perímetro) demasiado para hacer a pie en medio día. Nos limitamos a conocer Carloforte, su capital, una ciudad pequeñita al lado de una laguna interior con un canal periférico que se usa de amarradero para las barcas locales. Por desgracia cuando en estos sitios el agua está limpia, se ve mejor toda la porquería que se ha dejado acumular en el fondo.
Entre las curiosidades, en una iglesia una reproducción del Arca de Noé, donde según la Biblia consiguió meter los más de 8 millones de especies animales del planeta y que aguantasen 40 días sin comerse. Si te crees eso, y que en el Monte Ararat encontró pingüinos, osos polares y todos los animales del mar, ya te lo puedes creer todo.
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