Hola navegantes.
Un Romeo tuvo una genial idea para pedir matrimonio a su Julieta. Aprovechó la enorme superficie de las velas de un velero, que tantas veces se usan con fines publicitarios, para una pregunta tan vieja como la tos: "Julie, te amo. ¿Quieres casarte conmigo", y paseó la pregunta por toda la costa de Carteret, en la Bretaña francesa, y por todo el paseo marítimo:
Igual se pasó un poco con la exhibición, porque imaginaos la presión para la chica. ¿Cómo iba a decir que no?. Presionada o no, Julie dijo sí. Les deseamos que llegue muy tarde su colorín colorado.
Con cuidado, enamorados.
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