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jueves, 4 de marzo de 2021

La basura plástica le salvó la vida.

 Hola navegantes.

Todos los navegantes nos quejamos del incremento de la basura plástica en el mar, que se ha convertido en un problema de salud global del planeta. Los desechos plásticos representan el 95 por ciento de la contaminación marina, que no comprende sólo elementos visibles sino también los microplásticos que se liberan directamente al medio ambiente, o se crean por la fragmentación de los más grandes, y que son los peores porque los ingieren los peces y se incorporan a la cadena alimentaria. Se calcula que para 2025 habrá en el mar una tonelada de plástico por cada tres de peces, y para 2050 habrá más plásticos que peces. Lo que no nos imaginábamos es que alguna vez pudieran tener algo positivo.

Que se lo pregunten a Vidam Perevertilov, de 52 años de edad, que sobrevivió 14 horas en mitad del Pacífico gracias a una boya de plástico abandonada. Es ingeniero mecánico jefe en un mercante, el Silver Supporter, y el 16 de febrero se cayó al agua desde su barco sin llevar el chaleco salvavidas. Ocurrió a las 4 de la mañana entre Nueva Zelanda y la Polinesia, y nadie se dio cuenta hasta 6 horas después.

Nada más caer, Vidam comprendió que no podía hacer nada para que le oyeran desde el barco y se dispuso a sobrevivir. Como no tenía chaleco, estuvo nadando durante varias horas buscando algún objeto flotante al que agarrarse. En un momento apercibió algo negro flotando, y al acercarse comprobó que era una boya de plástico a la deriva. Se abrazó a ella como a un clavo ardiendo esperando que pudieran volver a rescatarle.

Sus compañeros del barco, gracias al cuaderno de bitácora del ingeniero y su última entrada, estimaron la hora de caída con bastante precisión, lanzaron un aviso de Mayday, y la marina francesa puso en marcha su búsqueda desde la Polinesia. Por su parte Meteo France calculó  la posible deriva del náufrago, según los vientos y las corrientes de la zona.

A las 18 h. Vidam vio acercarse a su propio barco, que estaba peinando la zona, y tuvo la suerte de que un miembro de la tripulación escuchó una voz débil y luego le vio haciendo gestos desesperados con los brazos. Le consiguieron rescatar extenuado después de 14 horas en el mar. En la foto le veis abrazado todavía a la boya negra, mientras agarraba el aro salvavidas con que le recogieron.

Durante muchos años Vidam tendrá esas 14 horas en vena, porque estuvo muy cerca de la muerte. Si no hubiera sido por la boya se habría ahogado seguro. De hecho, decidió dejarla donde la había encontrado, por si acaso podía salvar la vida de otro afortunado.

Con cuidado, navegantes.

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