En esta ocasión los veleros Hanse vuelven a caer en el tópico más descarado. Debajo del velero navegando, con el título "Único en su clase", nos enseñan unas fotos de los interiores. La de la izquierda, el salón, deja pequeños a los de nuestros pisos, y con unas copas de cristal al lado de la escalera esperando el mejor momento para caerse al suelo. Y la de la de la derecha uno de los dormitorios, con una cama que deja en ridículo a las de los hoteles de 5 estrellas, sin telas antiescoras, lo que garantiza caerse al suelo si se pretende dormir navegando. Con el barco escorado se duerme mejor y más seguro en el suelo que en esa cama tan alta. Está claro que te venden un barco para hacer muchas horas de pantalán y para cerrar negocios.
En la cama descansa una mujer vestida (otra vez) de blanco inmaculado, que lleva pintadas hasta las uñas de los pies (¡navegando a vela!), cuando la realidad es que a bordo llevamos unas uñas que desesperarían a una manicura.Y por si fuera poco nos la presentan leyendo una revista, para no cortarse, llamada "Materialista". Para que no quede ninguna duda de a quién dirigen el anuncio.
Con cuidado, navegantes.
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