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jueves, 9 de septiembre de 2021

Vinieron los niños de la Escuela de Vela.

 Hola navegantes.

Lo primero enseñaros las fotos de la llegada a Venecia que me faltó poner ayer. Tengo que agradecer a Damiano, el marinero, que dedicara un poco de su tiempo a hacérnoslas, porque sin alguien en tierra hubiera sido imposible. Ésta es frente a la Plaza de San Marcos y el Palacio Ducal:


y ésta frente a la Basílica de Santa María della Salutte y el Gran Canal:


Las hicimos sin las velas para no tapar los monumentos de Venecia, y con mucho cuidado porque el tráfico de barcos por el Gran Canal es espectacular. Son la guinda sobre el papel de este extraordinario viaje.

Hoy han venido a conocer el barco y nuestro viaje los niños de la Escuela de Vela de San Giorgio. Utilizamos sus instalaciones sanitarias para el aseo y la ducha y surgió la conversación sobre nuestra vuelta a Italia. En la pausa para la comida vinieron a vernos.

 
Lo primero que les dije es que lo importante de la vela no es aprender a dar unos bordos con el Optimist por la laguna de Venecia, sino que les va a permitir, de mayores, vivir auténticas aventuras. 

Luego les conté la circunnavegación de Italia y la parte que nos queda por el Po. Les sorprendió mucho que ese río que han estudiado en el cole fuera navegable, lo de las esclusas y lo de nuestra orza abatible.


Luego subieron a bordo en grupos de 6, aunque fue difícil seguir el orden y por momentos hubo más:


Lo que más les llamó la atención fue que pudiéramos llevar a bordo dos bicis:


También la cocina con cardan y que llevásemos la olla sujeta con muelles, y nuestro sistema de ducha calentando el agua al sol en una botella de litro y medio, envuelta en un calcetín negro. Les hizo gracia la cincha antiescoras y les encantó el bañito.

Nos despedimos de ellos, que seguían navegando por la tarde, pensando en nuestros grumetillos de Carpe Diem.


Por la tarde volvimos a Venecia y os quiero enseñar el detalle de una góndola:


Fijaos que tiene el casco (y la quilla) torcidos. Es para que la barca tenga tendencia a ir hacia estribor, compensando así la tendencia del remero, que sólo rema por estribor, y por lo tanto desvía la barca hacia babor. Además la góndola no tiene timón, y la dirigen moviendo su peso (el del remero) hacia delante o hacia atrás, con lo que cambia la cantidad de casco sumergido y, con eso, su tendencia a desviarse hacia babor o hacia estribor. Una genialidad.

Otra cosa llamativa en Italia es que dejan entrar a las mascotas en todos los sitios, y ves perros y gatos hasta en las tiendas de comestibles. Lo de la foto ya es una pasada, pero allí no le sorprendía a nadie de la librería:


Estaba durmiendo sobre los libros seleccionados del mes.

Mañana iremos a las Islas de la laguna.

Con cuidado, navegantes.

3 comentarios:

  1. ! Enhorabuena Álvaro!

    ¡Lo conseguiste!

    ¡Y contra los fuertes vientos de Covid y mareas de pandemia!

    La primera foto es para abrir los telediarios.

    Suerte en la navegación por este río italiano con el nombre tan corto.

    Esta navegación es muy desconocida.

    Pongo aquí unos enlaces por si alguien quisiera hacer el seguimiento en los próximos días.


    https://drive.google.com/file/d/1XvCiKdoUBWrbHk0iKjohMI0L2YApy6WH/view

    (tarda un poco cargar el PDF)

    https://www.agenziapo.it/idrovia/fiume-po-da-cremona-al-mare

    http://www.infrastrutturefluviali.it/cartina-fluviale-it.php

    etc...

    https://www.google.com/search?q=Mappa%20di%20navigazione%20del%20fiume%20Po&ie=utf-8&oe=utf-8&client=firefox-b-m

    Saludos - saluti
    Milo

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  2. ¡Cuanta información!. Gracias, Milo.

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  3. Que curioso lo de la Gondola, pensaba que correjian a base de remo nada mas.
    Por cierto, ¿los niños ya no llevan mascarilla en Italia?

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