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martes, 14 de septiembre de 2021

La paz de los canales.

 Hola navegantes.

No es que sea un decorado del nacimiento del mundo, pero los canales me transmiten paz. Al contrario que el mar, del que siempre esperas un zarpazo y sales a la defensiva.

Hoy salimos de Chioggia para iniciar la fase fluvial de la vuelta a Italia. Al poco de pasar la primera esclusa nos despistamos y empezamos a ver atracados veleros en la orilla. Algo muy atípico porque por nuestra ruta es obligatorio desarbolar. Fijaos por qué sitios hemos tenido que pasar:

Se nos había olvidado bajar la antena, que va en el balcón de popa, y casi se nos dobla. Al consultar la cartografía vimos que nos habíamos metido por el Río Brenta, en vez de por el Canal del Valle. Una confusión tremenda, porque el río nos devolvía al mar un poco más al norte del delta del Po, por donde pasamos hace una semana. Dimos media vuelta y cogimos el camino bueno. Los ríos y los canales no son como las carreteras, no hay carteles que te indiquen la dirección y es fácil confundirse. Si no llegamos a fijarnos en los veleros con sus mástiles, volvemos al mar.

Hoy hemos pasado 3 esclusas, y como os dije tienen un desnivel mínimo, unos 20 cm. Hay un cartel que dice que es obligatorio amarrarse para el tránsito, y con razón. La primera la pasamos con una motora italiana y el patrón no se molestó en amarrarse, se limitó a sujetarse con una mano a la barandilla. Las otras las pasamos solos a pesar de su tamaño monumental:


Cerca de la segunda esclusa nos llamó un pescador desde la orilla y nos preguntó si eramos "los españoles". Nos estamos haciendo famosos en Italia. Al decirle que sí nos ha hecho la foto que he puesto la primera, y nos la ha mandado a través del presidente del Club Náutico de Mantova, donde vamos a recalar dentro de unos días. Para nosotros es una foto emocionante, porque nunca podemos hacernos una desde fuera en la que salgamos los dos. Uno de las profesores de la escuela de vela de San Giorgio, en, Venecia, también nos conocía de oídas.

La navegación han sido 21 millas apacibles, protegiéndonos del sol con el paraguas y preparando todo para el paso de las esclusas. Las que tienen mucho desnivel son como estar dentro de una Thermomix, y el barco puede chocarse con las paredes. Por eso he protegido la luz de estribor con una defensa:

y he prolongado las defensas laterales con el tablón, que protege todo el casco:

También os enseño el invento para llevar el timón desde la entrada a la camareta, donde se va más cómodo y se puede leer con el paraguas:


He amarrado la caña, pasado los cabos por las poleas del espí, y de ahí al carro de la escota de la mayor. Moviendo el carro a babor o estribor el barco responde en la misma dirección. Así puedes gobernar el barco desde la entrada a la camareta.

 A la hora de comer hemos parado en un pantalán donde hemos tenido que abarloarnos a un velero ruinoso. Me dan mucha pena estos barcos abandonados. Siempre pienso que al dueño le surgió un imprevisto en su país, o bien se puso enfermo, dejó aquí el barco y nadie volvió a acordarse.

Nos hemos venido a la pequeña ciudad de Adria. Una ciudad enternecedora, porque es la que da nombre al Mar Adriático. En la época de los romanos era uno de los principales puertos del Adriático. Posteriormente el crecimiento del Delta por los sedimentos del Po la fue alejando del mar. Y ahora está 25 km tierra adentro. A pesar de ello padece la influencia de la marea, que sube por el río Po, y en las mareas vivas se inunda. Por eso ahora el río se cierra con unas compuertas cuando se espera una subida de más de 60 cm. Menos mal que mañana es sólo de 50 y no dependemos de las compuertas para salir.

En Adria nos hemos quedado en el sitio más barato de este viaje: 5 euros (sí, cinco). Naturalmente por ese precio no tiene servicios, ducha, wifi ni club social, pero en el Sur de Italia nos pedían 40 en sitios similares. Además su dueño, Roberto, es una persona amabilísima, le hemos pedido poder enchufarnos a la corriente y nos ha sacado una alargadera por la ventana del taller. 



Mañana seguiremos por el Po hacia el Oeste.

Con cuidado, navegantes.


5 comentarios:

  1. ¡Pero qué bien se os ve!
    No sabía que estábais de aventura,voy a leer lo atrasado :)

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  2. Hola Lucía. Prepárate porque tienes que remontarte a junio, cuando salimos de Santander. Un beso.

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  3. Espectacular foto del corto maltés & tripulación en el "nacimiento del mundo". En los canales del Po ¿también hay turismo fluvial de barcazas como en los canales de Midi? El paisaje parece muy bonito pero no sé si esta zona está tan bién acondicionada como en Francia...
    Lluís

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  4. Qué va, mucho menos que el canal de Midi. Hay pocos pantalanes para amarrar, menos servicios, y las esclusas que hemos pasado hasta ahora están más pensadas para las gabarras de carga que para los barcos deportivos.

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  5. Los franceses para estas cosas son únicos!

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