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domingo, 5 de septiembre de 2021

Una isla suiza en Italia.

 Hola navegantes.

Ayer Alberto nos habló de una isla de propiedad suiza en pleno territorio italiano del delta del Po, la Isla de Albarella. Como os podéis imaginar, despertó nuestra curiosidad y hemos venido a conocerla.

La navegación hoy ha sido una de cal y otra de arena. Desde la salida ha soplado un viento de fuerza 2-3 del Norte al NE. La primera mitad de nuestra navegación, para contornear el Delta del Po, era en dirección NE y nos vino de cara, así que tuvimos que remontarlo "a la francesa", o sea, con la vela mayor y el motor.  A partir del punto más extremo del delta nuestra dirección era NW y empezó a entrarnos por el través de estribor, y entonces apagamos el motor y vinimos a vela hasta Albarella.

Por el camino, aparte de alguna plataforma de extracción, hemos tenido que esquivar varios campos de boyas. Son grandes superficies del mar (la más grande de hoy, 4 millas) sembradas de boyas y artes de pesca hasta donde te alcanza la mirada:

Si por error te metes en uno de ellos vas a temblar como un alcohólico con Parkinson, porque es como caer en una telaraña. La hélice se traba una tras otra en las artes de pesca, y ya podéis imaginarios salir de esa trampa de 4 millas cortando redes y sacando el fueraborda. Por suerte no nos pasó.

La Isla de Albarella está en la parte Norte del Delta, y desde el mar es difícil encontrar su entrada porque es una costa baja y arenosa. La localizamos con el GPS. Su puerto está situado en una de las bocas de desagüe del río Po en el mar, y como la marea estaba bajando tuvimos una corriente en contra por lo menos de 3 nudos (lo sé porque con el motor a tope suelo hacer 5 nudos y hoy hacía sólo 2). 

El canal de entrada empieza marcado con las boyas estándar rojas a estribor, pero en un momento dejó de haber boyas y todavía no se veía el puerto. Llamé y me dijeron que siguiera las bricolas, dejándolas unos 30 metros por babor. Las bricolas son los postes de señalización que se usan en la laguna de Venecia, y que ahora ya sé que también en el Delta.


Os lo expliqué en la entrada de 16-2-21.

Sin más incidentes amarramos en el puerto de Albarella, con el sistema de los dos postes en popa:


La Isla, efectivamente, fue de propiedad suiza hasta los años 90. Un consorcio suizo la compró y construyó una ciudad de lujo con chalecitos, golf, picadero, tenis, playas, etc, y hasta dos lagunas artificiales:


 (la bici no es que haya crecido, es que en la isla sólo se puede circular en bici y en coche eléctrico, y la marina te las deja).

La Isla tiene 2 millones de árboles, de 150 especies diferentes, y entre ellos el álamo blanco ("populus alba") que da nombre a la Isla.

Sólo está permitido acceder a los que tienen allí su casa, es una isla absolutamente privada y se controla el acceso. A los que estamos de tránsito en la marina nos consideran hospedados como en un hotel, y enseñando el contrato te dejan pasar. Ha sido como fisgar en la vida de los millonarios, con perdón. Una tarde muy entretenida circulando en la bici por todos sus rincones. 

En las playas se comprueba la peligrosidad de las costas de los deltas. Fijaos estas personas, a cientos de metros de la orilla, con el agua por el tobillo:


Si vas navegando y te fías de la percepción de las distancias para calcular el alejamiento, encallas seguro.

La Isla finalmente fue recuperada por los italianos en los 90, y ahora sigue siendo privada pero la gestiona una empresa italiana.

Mañana seguiremos hacia el Norte y casi seguro que entremos ya en la laguna de Venecia. ¡Qué nervios!.

Con cuidado, navegantes.

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