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miércoles, 13 de agosto de 2025

Dos grandes infraestructuras.

Hola navegantes. 

Ayer salimos de Béziers para seguir por los canales hacia el Oeste. Pasamos dos de las grandes infraestructuras del canal de Midi. En primer lugar el acueducto sobre el río Orb, del que os hablé otro día. 


Y en segundo lugar las esclusas encadenadas de Fonserannes. Si existiera el infierno algún cura debería compararlo con pasar estas siete esclusas en sentido ascendente, en ola de calor y sin sombra. ¡Que horror!. En origen eran nueve, pero ya os dije que al construir el acueducto se quedaron en siete. Salvan un desnivel de unos 20 metros en una longitud de 300.  Está prohibido pasarlas con un solo tripulante por su dificultad. A ratos el cuerpo nos pedía parar, estábamos empapados de sudor como si nos hubiéramos caído al agua, hasta nos mareábamos, pero no se podía parar porque íbamos en convoy y las escluseros nos apuraban. No daba tiempo ni de entrar a beber agua. No hay espacios entre una y otra, y la puerta de salida de una es la de entrada de la siguiente. Y para acelerar las llenan a su máxima potencia  y ves venir por la proa una ola como de medio o un metro que sería perfecta para hacer surf. Por supuesto no pudimos hacer fotos. 

Antes de las esclusas hay una desviación a la izquierda para la "rampa de agua":


Es una especie de tobogán por donde subían los barcos salvando en un solo paso el desnivel de las nueve esclusas. Permitía ganar tiempo y que pudieran pasar barcos más grandes que los que caben en la esclusa. Se inauguró mucho más tarde que el canal de Midi (en 1984) pero dejó de usarse en 1990. Me quedé sin la experiencia de ver subir al Corto Maltés por un tobogán.

El ambiente en el entorno de las siete esclusas está muy turístico, y hay hasta un trenecito para que te vean sufrir. Al llegar arriba éramos incapaces de seguir y comimos en un restaurante. Al pagar y pedirle al responsable que si me dejaba llenar el bidón de agua de 10 litros ¡me dijo que no!. ¡Y acababa de pagarle más de 50 €!.  En todos estos años es la primera que vez que me niegan coger agua, y justo ese día tuvimos que dar con el tío más desagradable y pesetero de Francia.

Con tanto en contra, y después de una semana en Béziers sin duchas, decidimos acortar la etapa y quedarnos en Colombiers. Una tristeza de pueblo pero al menos con una base de alquiler de peniches donde sí hay duchas (bueno,  "ducha", porque sólo hay una y además la cierran cuando se van los de las oficinas). Tendríais que haber visto la cara del chico de la oficina de turismo cuando le pregunté qué se podía ver en Colombiers. Me reconoció que nada, con unos elogios tan escasos que se oía el sonido de su decadencia. Todo lo que hacen en esa oficina es mandarte a ver cosas de fuera, de donde veníamos y a donde íbamos hoy. 

Enfrente de la base hay una isla fluvial donde amarran las peniches de estancias permanentes. Hablamos con un francés que lleva allí 10 años. Su peniche cala 80 cm y aún puede sacarla, pero me dijo que hay otras con más calado que en verano ya no pueden salir porque están pegadas al fondo. En la isla cada uno de había "apropiado" del trocito de orilla de su barco y habían plantado pequeños huertos o instalado mesas y sillas. Esa isla todavía tiene árboles y debe considerarse un chollo de sitio.

Por la noche amarró a nuestro lado una peniche enorme, creo que la más grande de la base. Me eché a temblar porque la estaba viendo aplastarme el Corto Maltés. Creo que no me dió, pero cuando chocó con el muelle de piedra de popa el crujido se oyó en todo el puerto. El piloto se levantó diciendo que para ser su primer atraque no lo había hecho tan mal. Alucino cada vez que pienso que las alquilan sin exigir ningún tipo de permiso.

Hoy pasaremos el túnel de Malpas, atravesando con el Corto una montaña.

 Con cuidado, navegantes. 

1 comentario:

  1. Woww impresionado con la travesía.Buen viaje de vuelta a casa!RodrigoImpulso

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