Ayer abandonamos el Etang de Thau para volver al canal de Midi. Dejamos a babor el faro de Les Onglous, del que os hablé el último día :
y pasamos a las aguas calmadas de los canales desde las agitadas del Etang, que ayer volvía a estar movidito por el mistral. Aquí la entrada al canal del Midi:
Cuando pasamos por aquí al volver de la isla de Elba dije que volvíamos a nuestro "querido" Canal de Midi, hoy no puedo sostenerlo.
Enseguida se pasa por la escuela de Vela Glenans. Es la más famosa de Francia, su ubicación original es en en archipiélago Glenans, en el Atlántico, y lo conocimos en la vuelta a Francia. Allí estaban los chicos aparejando los veleros.
Poco después vimos un barco hundido en mitad del canal. Como allí cubre poco menos de un metro y medio aquel pecio es un verdadero peligro para la navegación, y no nos chocamos con él de milagro. Luego fui advirtiendo a los barcos que nos cruzamos del peligro al que se dirigían, porque chocar con él sería como chocar con una piedra. Y en la primera esclusa se lo dije al esclusero para ver si había un teléfono de Voies Navigables de France para informar. Era un bocachancla y me dijo que ya lo sabían, que llevaba allí desde junio y que lo habían balizado con una boya. Que no se ponían de acuerdo los del seguro y no habían sido capaces ni de acercarlo con una cuerda a la orilla para que al menos no fuera tan peligroso. Le dije que la boya ya no estaba, y no sé si habrá hecho algo. También me contó que desde que han talado los árboles del canal de Midi todos van haciendo fotos de los biminis de los demás para copiarlos, y navegar a la sombra.
Más tarde el recorrido del canal aboca al río Hérault. Para poder utilizarlo es preciso que el agua del río tenga más o menos el mismo nivel que el del canal. Para eso construyeron una represa que garantizase un nivel mínimo en el río. Pero en periodos de crecida el río podría desbordar los canales, así que se hizo preciso construir una esclusa entre el río y el canal sólo
para los periodos de crecida. Ayer el nivel de río era el normal y la esclusa estaba permanentemente abierta. Pero es que además la represa impide la navegación por el río, de modo que hubo que construir un canal con sus correspondientes
esclusas para salvar ese tramo del río y poder seguir navegando
por él aguas arriba de la represa.
Todo ello dio lugar a la curiosa esclusa redonda de Agde, con tres compuertas, dos para entrar y salir del canal de Midi y una para seguir por el río hacia el mar.
Es única en el canal, está construida
en basalto y permite a los barcos girar sobre sí mismos para
tomar una de sus tres compuertas. Las compuertas del Canal de Midi tienen unos horarios muy laxos, pero la del Hérault es más restrictiva y hay que avisar de tus intenciones. Sólo se abre a ciertas horas y para determinados barcos, porque las peniches de alquiler no están autorizadas a bajar al río, por el que podrían llegar al Mediterráneo. Bastante que les dejan manejarlas sin ningún título ni experiencia para que encima pudieran salir al mar.
El Hérault es impresionante, tiene setenta metros de orilla a orilla, está rodeado de altísimos árboles, y tiene una fuerza considerable que no admite un más o menos. Si no encuentras la salida para continuar por el canal te lleva a la represa, una “cascada” de más de un metro.
Agde fue en la antigüedad un puerto de carga de mercancías remontando los barcos el
río Hérault, que era navegable hasta allí. Solo está a dos millas y
pico del Mediterráneo y actualmente tiene entre 2,5 y 5 metros de profundidad, según la época del año. Las últimas millas antes de la desembocadura están llenas de veleros arbolados, porque ya pueden bajar hasta el mar.
Hoy nos quedaremos a conocer Agde y el tramo del río hasta el mar para ver si es utilizable en un futuro viaje. También aquí hay astilleros para desarbolar. Y me despido con la dibufirma de Agde:
Con cuidado, navegantes.
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