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miércoles, 6 de agosto de 2025

Cosas de Béziers.

Hola navegantes. 

Hoy hemos dedicado  el día  a ir conociendo Béziers. Hemos visitado algunos monumentos y  sobre todo, su catedral, que más parece un castillo en lo alto de la colina y que se veía desde el canal cuando nos acercábamos:




El punto más negro de su historia lo tiene en el siglo XIII, durante la cruzada del papa católico Inocencio III contra los cátaros o albigenses, una secta que sostenía que el mundo no había sido creado por Dios sino por el demonio, y que no creían en el antiguo testamento, en el bautismo, en la encarnación de Jesús ni en el crucifijo, aunque se consideraban a sí mismos cristianos. Según ellos, la propia Iglesia Católica había sido creada por el demonio. Practicaban el vegetarianismo, la estricta castidad y el ascetismo como modo de vida, y habían adquirido mucho predicamento entre los más pobres. Béziers era considerada una ciudad hereje al estar habitada por numerosos cátaros. Cuando la cruzada llegó a las puertas de Béziers en 1209 el representante del papa, Arnaud Amaury, la asedió, tomó sus murallas accediendo al interior, y ordenó a sus soldados masacrar a todos los cátaros. Cuando los oficiales le preguntaron cómo diferenciar a los católicos de los herejes contestó: “matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos”, 
y toda la población, entre 20.000 y 60.000 personas, fue asesinada. Muchos de habían refugiado en la catedral y allí los mataron.

En la catedral hay una tierna pintura de San José enseñando a trabajar en su taller de carpintería a un Jesucristo de 8 o 10 años, los dos con su aureola en la cabeza:


En la oficina de turismo hay un camello casi de tamaño natural. Resulta que es el símbolo de Béziers. 


Al parecer el primer obispo de Béziers, Afrodisio, vino de Egipto a lomos de un camello. Cuando murió el obispo, martirizado, y luego el camello, se construyó uno de madera que se sacaba en procesión todos los 28 de abril, fiesta de San Afrodisio. En la edad media esta tradición se abandonó, y en la Revolución el camello se quemó. En una de las vidrieras de la catedral se reproduce la llegada del obispo en el camello:


Luego fuimos a ver el “pont-canal” sobre el río Orb, que cruzaremos en cuanto salgamos de Béziers. Es un acueducto a decenas de metros 
sobre el río. 


En el diseño original de Paul Riquet, el constructor del canal de Midi, el canal descendía hasta el río Orb mediante esclusas, había que atravesar el río, y luego volvía a retomar altura mediante otro juego de esclusas, que son las actuales de Fonsérannes. Pero atravesar el Orb, sobre todo en periodos de crecida, era peligroso y en 1856 se construyó un nuevo ramal incluyendo el acueducto o “pont-canal”, que evitaba atravesar las torrenciales aguas del río. Ese ramal lo abocaron a las antiguas esclusas de subida, que siguen operativas pero en número de seis en vez de las ocho originales (al haber menos desnivel se necesitan menos escalones). En la orilla del río todavía pueden verse la entrada antigua del canal de Midi y la primera esclusa, en un entorno que se llama Muelle de Notre-Dame.
 


Por supuesto ya no se utiliza. Mañana iremos a conocer la ciudad de Pézenas, al Norte de Béziers.

 Con cuidado, navegantes.

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