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miércoles, 22 de noviembre de 2023

La huella de carbono de la vela.

 Hola navegantes. 

¿A que en la primera pensada parece que la huella de carbono de la vela es cero, ya que nos impulsa el aire?. Pues esto se está replanteando, sobre todo para las grandes regatas oceánicas con veleros de alta tecnología, y el resultado es deprimente.

Como referencia para las cifras siguientes, hay que recordar que un ciudadano europeo medio emite unas 9 toneladas de CO2 a la atmósfera cada año, y que el objetivo es reducirlo a 2 toneladas para que esa emisión sea sostenible por el planeta. 

Pues sólo la construcción de uno esos veleros tecnológicos emite unas 12 toneladas de CO2 a la atmósfera, además de las toneladas de agua que se lleva. Ello ha llevado a afirmar a muchos expertos que el único velero ecológico es que se compra de segunda mano. Antes era así, y la mayoría de los monstruos de regatas oceánicas eran  adaptaciones y mejoras de barcos adquiridos de ocasión. Pero el afán de subir al pódium y  la "generosidad" de los espónsores está haciendo que cada vez más se construyan nuevos, por cierto con unos costes pecaminosos (varios millones de euros).

A esta huella de carbono hay que añadir la del desplazamiento de los equipos y los viajes de vuelta. Cada uno de estos veleros está rodeado de un equipo de cerca de 100 personas, y  muchos de ellos se desplazan al puerto de llegada de la regata (las islas del Caribe en las regatas transatlánticas) en avión. Un avión de ida y vuelta a Las Antillas emite 2 toneladas de CO2, o sea, la totalidad de la emisión sostenible de un ser humano en todo el año. Y si el velero vuelve a Europa a bordo de un mercante, que obviamente hace el viaje de vuelta a motor, hay que sumar otras 12 toneladas de CO2, seis veces más de lo que la Tierra puede absorber del marino que hizo el viaje de ida a vela, en un año.

Para intentar combatir esta tendencia, algunos marinos están proponiendo cambiar las normas. El cambio pasaría, en primer lugar, por limitar la fabricación de veleros oceánicos nuevos. Como la informática ya nos permite calcular casi todo, se sabe que hoy en día hay más de 1.200 veleros de la serie "mini 6,50" (los más pequeños que regatean en el océano) y cerca de 120 "Clase 40", y que sólo la mitad de ellos regatean. El resto podrían adquirirse de segunda mano, adaptarlos, y volver a regatear.

Y en segundo lugar, por cambiar las rutas de las regatas oceánicas y hacerlas de ida y vuelta de manera que los equipos no tuvieran que desplazarse tanto y se pudiera prescindir del viaje de vuelta a bordo de un mercante. Se sugiere sustituir la travesía del Atlántico por una regata de ida y vuelta a las Azores, o que las regatas transatlánticas incluyeran el regreso a Europa como segunda etapa, también  a vela.

Ojalá que poco a poco se vaya racionalizando nuestro deporte, y eso contribuya a que pierda ese carácter elitista que tiene ante el gran público, a lo que tampoco ayuda nada esto:



 Con cuidado, navegantes.

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