Visitas al blog:

649799

sábado, 11 de noviembre de 2023

Dibucarta del cruce del Canal de la Mancha.

 Hola navegantes.

Esta es la dibucarta de cuando cruzamos el Canal de la Mancha y tocamos Inglaterra en el puerto de Dover. Empezar a leer en la pata derecha (clic encima para leerla mejor):

Era una de las etapas que más temíamos, principalmente por el tráfico de mercantes: cada día lo cruzan más de 500 y en el Corto Maltés no tenemos radar ni AIS. 

 Nos levantamos a las 5.30 h., para salir de Boulogne-sur-Mer con las primeras luces. Otros veleros de los que habían estado retenidos por el temporal como nosotros habían tomado la misma decisión, y a pesar de la hora indecente salimos cuatro a la vez. Al poco de salir nos recibió el saludo de otra foca, y ya su presencia se hizo muy habitual en esas aguas. Y También nos recibió un viento magnífico del Oeste de fuerza 3-4, al que toreamos con la mayor en el primer rizo y el génova entero, y unas olas de 1,5 a 2 metros, residuales del temporal. A pesar de tener la corriente de marea en contra íbamos a 6 nudos con facilidad.

 Sólo nos cruzamos con unos diez o quince portacontenedores, buques graneleros y mercantes de otro tipo, que iban en fila y cortamos su derrota sin ninguna dificultad porque los veíamos venir desde lejos. Cuando estábamos en pleno Canal de la Mancha, y para que os hagáis idea, un poco al Suroeste de nuestra posición los fondos eran de cuatro metros. Entonces empezaron a caernos chubascos, como si Inglaterra quisiera hacer honor a su reputación. 

Hubo una escampada de unas dos horas donde salió el sol, el viento fue perdiendo músculo, y navegamos a velas llenas con la mayor entera y el génova completamente desplegado, de maravilla. Pero de nuevo, faltando sólo media hora para llegar a Dover, volvió a soplar un viento del Oeste de llevarse todo lo que no estuviera clavado al suelo, a levantarse el oleaje, y tuvimos que volver a rizar la mayor y el génova y a navegar con el barco muy escorado, pero siempre entre 6 y 7 nudos.

 Nuestra llegada a Dover fue lo más estresante. La entrada tenía una corriente lateral hacia la derecha de unos 4 nudos, de modo que había que apuntar muy a la izquierda para entrar. Y el semáforo portuario estaba cerrado (tres luces rojas en vertical). Llamamos por VHF tres millas antes, pero el que contestó emitía borborigmos por la radio y no se esforzaba nada porque entendiéramos su idioma gutural. Era nuestro primer contacto con los ingleses, Luis y yo estábamos pendientes a la vez de lo que decía, y nos quedamos desolados de lo mal que nos comprendíamos.

Finalmente entendimos que le llamáramos cuando estuviéramos a doscientos metros. Eso hicimos, y nos dijo que nos acercáramos aún más, lo que ya era imprudente con el semáforo rojo y yendo a vela a 6 o 7 nudos. Y en el último momento, faltando menos de cien metros para la escollera, cambió el semáforo a verde-blanco-verde, que significa que puedes pasar siguiendo sus instrucciones. Al parecer usan el puerto como si fuera una esclusa, lo abren bajo demanda cuando les llamas, y como nos están viendo desde su torre de control debe de gustarles esperar hasta el último momento para darle emoción a la apuesta de ver volar nuestras virutas. O al menos eso deduje yo, porque aquél día no había absolutamente ningún tráfico de entrada ni de salida, y podrían haber abierto el semáforo mucho antes.

 Con cuidado, navegantes.

2 comentarios:

  1. Hola navegantes, cruzar el canal de la Mancha confieso que fue mucho más fácil de lo que esperábamos. Por el contrario, la llegada a Dover y el temporal que nos inmovilizado allí dos días fue un infierno, y por desgracia un preámbulo de mi que nos esperaba en Inglaterra. Pero llegó Ana y eso lo cambia todo


    Bravo por Luis pm.

    Estupenda etapa Álvaro. Lástima el tiempo atmosférico en Albion.

    Gran aventura!

    Leeway.

    ResponderEliminar
  2. Vaya, te saltaste el ojo y la curva de la mejilla. ¿No lo intentas de nuevo?, venga, es tuya pero pone "os confieso...".

    ResponderEliminar

Los comentarios son bienvenidos.