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jueves, 23 de noviembre de 2023

Cuando el que se cae al agua es el capitán.

 Hola navegantes.

Así es, estamos acostumbrados a pensar que si alguien se cae al agua será otro, y nosotros estaremos a bordo parea organizar su rescate. ¿Pero qué pasa si el que se cae es el capitán, y el único que sabe maniobrar el barco?.

En la carretera se considera normal que sólo sepa conducir el conductor, porque es imposible que se volatilice o salga por la ventana y tenga que hacerse cargo de la conducción uno de los acompañantes. Y si está indispuesto puede parar el vehículo en el arcén. Pero imaginaos por un momento que eso ocurriera. Que un autobús se quedara sin conductor, que no pudiera detenerse,  y que un pasajero sin carnet tuviera que ocupar su lugar y llevarlo a su estación de destino. Seguro que acababa en tragedia.

Pues en el mar sí que ocurre. Entra dentro de lo posible que con mal tiempo se caiga el capitán al mar, no puedan recogerlo, y los tripulantes inexpertos y sin título tengan que hacer llegar el barco a su puerto de destino. Acaba de pasar en Francia, frente a la Isla de Oleron.

El 20 de noviembre el capitán de un velero de 10 metros navegaba con tres pasajeros sin experiencia y se cayó al mar. Era de noche, con viento de fuerza 6 y rachas de 7, y olas de 4 a 6 metros. Los tripulantes que quedaron a bordo por supuesto no supieron hacer la maniobra para recuperarlo, ni siquiera sabían usar la radio, y por si fuera poco estaban mareados. 

Lo único que se les ocurrió fue llamar a la mujer de uno de ellos que estaba en tierra. Por suerte estaban suficientemente cerca de la costa para tener cobertura de móvil, que suele perderse a partir de las 5 millas. Más lejos ni siquiera habrían podido contactar con su familia, y nadie se habría enterado del drama hasta darles a todos por desaparecidos. Ella llamó a continuación a los bomberos (!!!!!!!!!!!!) que con su  buen hacer contactaron con Salvamento Marítimo, y ellos desencadenaron la alerta. Tuvieron que desencadenar en realidad dos: una para encontrar y recuperar al náufrago, y otra para encontrar y recuperar al velero a la deriva, que con aquel viento del Oeste derivaba hacia las rocas de la isla de Oleron.

Hicieron despegar a un helicóptero de rescate, que volvió a tener la suerte de que encontró al náufrago antes de media hora de su caída, rescatándolo de un agua a 14ºC, por supuesto en hipotermia. En estado de shock fue trasladado a un hospital en La Rochelle.

Respecto al velero, los tripulantes no supieron  ni siquiera arriar las velas, y siguió derivando hacia las rocas. También ellos tuvieron suerte, pues la lancha de salvamento de La Cotinière (el puerto que conocimos este verano en la navegación a Londres) lo encontró y fue capaz de mandar a un hombre rana a bordo, que consiguió arriar las velas cortando las drizas, darles remolque y llevarlos a puerto sin  ninguna pérdida de vidas humanas. Un  milagro.

 

Alegrándonos del final feliz hay que sacar alguna lección. Creo que lo mínimo que hay que enseñar a un tripulante novato, por si el capitán se cae, es:

  1. Localización del aro salvavidas y saber lanzarlo.
  2. Saber activar la tecla "hombre al agua" del GPS.
  3. Si la radio tiene llamada selectiva digital, saber activar la tecla de "distress".
  4. Saber contactar por la VHF con Salvamento Marítimo por el canal 16.
  5. Saber arriar las velas y amarrar la caña a una banda para que el velero se quede al pairo.
  6. Saber largar el ancla con el mayor número de cabos empalmados, para el barco derive menos y sea más fácil de encontrar, para que ofrezca la proa a las olas, y para que si deriva hacia la costa se quede fondeado antes de estrellarse contra las rocas.

Si además sabe arrancar el motor después de haber recogido todos los cabos del agua (para que no bloqueen la hélice) dirigir el barco en la dirección deseada, y utilizar la pirotecnia, ya sería lo perfecto.

Y otra lección es que si hubieran llevado una línea de vida por la popa nada  de eso habría ocurrido, porque el capitán estaba consciente y se habría agarrado a ella para volver a bordo por sus medios. Os hablé de esa línea de vida aquí:

Clic aquí.

Con cuidado, navegantes.

2 comentarios:

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