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viernes, 3 de noviembre de 2023

Dibucarta del desertor.

 Hola navegantes.

Esta es la dibucarta de cuando desertó B.C. el primer día de su navegación, por un  mareo. S
e había incorporado en Saint-Malo y yo no había navegado nunca con él, pero tiene un velero como el mío, un Tonic 23, y supuestamente tenía experiencia de navegación de varios años. Pues fue la peor desgracia del viaje (clic encima para verla mejor).

 El primer día de navegación se mareó, y al llegar a destino esa tarde, al puerto de Granville, en cuanto atracamos vi que hacía el petate y se marchaba. Debía llevarlo pensado porque no tardó ni cinco minutos. Me dijo que así no podía seguir, sin darse la oportunidad de intentar otros modernos tratamientos del mareo, como los parches de escopolamina, ni los tratamientos estándar pero tomándolos antes de vomitar que es como debe hacerse. Y eso que también es navegante y sabe que en uno o dos días el cuerpo se amarina. Le pedí que no tomara la decisión entonces, que cenara conmigo y durmiera en el barco, y al día siguiente tomase la decisión en frío, pero no atendió a razones y se volvió a España en ese mismo momento. Al verle alejarse por el pantalán me costó mucho mantener la compostura, y no sé ni dónde durmió ni lo que hizo porque no ha vuelto a llamarme desde entonces. Literalmente, se esfumó.

Fue un verdadero shock encontrarme tirado a 1.500 km de casa teniendo por delante el Raz Blanchard y el Canal de la Mancha, los puntos más calientes de este viaje. Siempre hay que salir al mar con el juicio a bordo, pero más que nunca en las etapas difíciles, y no era cuestión de seguir adelante en solitario. La deserción de B.C. hacía peligrar la totalidad del proyecto, porque había unos embarques encadenados de otros tripulantes, y el fallo de uno de ellos desencadenaba la anulación de las vacaciones y los billetes de avión de todos los que le seguían. Y encontrar con urgencia un tripulante que me acompañase hasta Dover, en pleno julio y con las vacaciones ya organizadas, era una misión casi imposible.

Si yo intentara seguir en solitario, aparte del riesgo para mí, no podría hacer el promedio de millas que se hacen yendo dos y tampoco llegaría a la siguiente cita en Dover. Estaba contra las cuerdas y lo más realista me parecía rendirme, dar media vuelta y volver a Santander llevando el Corto Maltés en un camión por carretera. Pero claro, perjudicando a los siguientes tripulantes que ya tenían sus billetes de avión y sus planes de vacaciones.

Casi fue un milagro, pero a través de las redes sociales conocí a Luis Palma, un voluntario generoso que en pocos días se sacó el pasaporte y los billetes de avión y de tren para llegar a Granville, y me acompañó en las siguientes etapas hasta Londres. Pero claro, los días perdidos en Granville nos obligaron a unas navegaciones forzadas, de hasta 60-80 millas diarias, y a apurar las condiciones meteorológicas de viento y lluvia, que hicieron el viaje hasta Londres un desagradable maratón. Además llegábamos a los puertos con todo cerrado, lo que nos ponía difícil la intendencia y nos impedía realizar una visita turística.

Al primero que transcriba la dibucarta le regalaré el original como recuerdo.

Con cuidado, navegantes.

11 comentarios:

  1. Hola navegantes, el cenizo ha debido esperar la mejor ocasión para fastidiarme y compinchado con el tripulante más blandito que he embarcado nunca, trató de hundirme el viaje en Granville. El tío se mareó el primer día en una navegación de señoritas y se volvió a España, dejándome tirado a 1500 km de Santander y con las etapas más difíciles por delante.
    José Antonio

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    1. Bueno, el cenizo "ha sabido...", pero la daremos por buena. Es tuya, José Antonio.

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  2. Gracias Álvaro, esta no me la podía perder. Aunque no sé si sería mejor enviársela a Luis Palma, se la merece más…

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  3. Buena idea. Te propongo que intentes la del 25 de octubre, y si la aciertas te mando esa, y la del desertor se la doy a Luis de tu parte.

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  4. De acuerdo, voy a verla

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  5. La bordaste. Te mandaré a ti la del río La Rance, y la del desertor a Luis de tu parte. Un abrazo.

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  6. Muchas gracias Álvaro
    José Antonio

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  7. José António, Muchas gracias por la cesión de la dibucarta. Un saludo. Luis Palma

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  8. De nada Luis, cómo le dije a Álvaro, creo que eres el más indicado para tener este dibujo de recuerdo. Un saludo. José Antonio.

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