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miércoles, 29 de noviembre de 2023

Dibucarta de 6 días de temporal.

 Hola navegantes.

Esta es la dibucarta de cuando iniciamos la vuelta de Londres a Santander (clic encima para leerla mejor). Se empieza a leer en la antorcha.

El río Támesis lo bajamos sin viento y a motor, pero al llegar al estuario se levantó un viento del Suroeste de fuerza 5, con olas de medio metro por la popa, y pudimos navegar a vela a una velocidad endiablada, 6-7 nudos. Las últimas 5 millas fueron de una dura ceñida, porque al doblar el cabo North Foreland para salir del estuario, al Sudeste de Inglaterra, nuestro rumbo era Sur, y el viento empezó a venirnos de proa. Pero conseguimos hacernos las 72 millas desde Londres hasta Ramsgate en 14 horas. Allí estuvimos retenidos un día por un temporal del Oeste, y entre otras cosas recibimos una curiosa visita de los de aduanas. Y el tercer día cruzamos de nuevo el Canal de la Mancha, esta vez hacia Francia.

Después de un cruce más complicado que a la ida arribamos a Boulogne-sur-Mer casi de noche. Había un nuevo temporal pronosticado para tres días. Posteriormente ese temporal lo bautizaron, lo que ya es un mal rollo porque significa que es excepcional. Lo llamaron "Patricia". Pasados esos tres días de encierro, para el cuarto estaba anunciada una mejoría transitoria, una ventana de sólo 24 horas, y decidimos jugarnos la cara. Nos levantamos a las 5 h., pero nada más salir de la escollera de Boulogne el viento nos golpeó como un objeto sólido, aunque lo peor fueron las olas de dos metros y que todo lo malo nos venía de cara. Sólo con la mayor en el primer rizo y medio génova llevábamos la regala en el agua, y antes de un cuarto de hora estábamos empapados. Además el rumbo no nos salía directo, y el abatimiento nos llevaba hacia una costa rocosa a sotavento que parecía el mar petrificado. Habríamos soportado una etapa corta dando bordos en esas condiciones, pero 52 millas así hasta Dieppe, que con los bordos hubieran sido 100 o más, con aquel viento fuerte y mal colocado, cogiéndonos la noche y el temporal anunciado para el día siguiente, era francamente imposible y temerario. 

 Con las orejas gachas, antes de hacer 5 millas nos dimos la vuelta y volvimos a Boulogne, donde entramos a las 8 h. como el que vuelve tras la reja de un penal. Después entró el único velero que había salido con nosotros. Era como de diez metros de eslora, ellos habían aguantado un poco más, pero volvían con dos velas rotas, con la driza del génova también rota, y se les había desencajado la tapa del tambucho de proa, por donde no había parado de entrarles agua y tenían el interior todo calado. Con esas condiciones meteorológicas, y teniendo en cuenta que su barco era de diez metros, no habían sacado más de dos nudos de velocidad. ¡Imaginaos nosotros!. Su barco sí tenía anemómetro y habían visto rachas de 40 nudos (fuerza 8). Cuesta imaginar que el Corto Maltés estuvo en el mar con esas condiciones, pero fue así, y nosotros no rompimos nada. 

Obviamente el pronóstico había infravalorado la fuerza del viento, porque de saberlo no habríamos intentado ni salir. En Boulogne, pasamos encerrados dos días más, o sea cinco en total y seis contando el de Ramsgate. Desesperante anímicamente, y demoledor para poder cumplir nuestras etapas sucesivas y llegar a la cita con las chicas en Saint-Malo.

Al primero que transcriba la dibucarta le regalo el original.

Con cuidado, navegantes.

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2 comentarios:

  1. Hola navegantes, cruzamos el canal de la mancha a la vuelta entre dos temporales, quedándonos retenidos cinco días en Boulogne sur Mer. Alguien dirá que la Libertad que da el mar no vale tantos sufrimientos e incertidumbres, pero yo digo que sí.

    Yo estoy de acuerdo. José Antonio.

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  2. La has bordado, José Antonio. Te la mandaré con las otras cuando haya hecho todas las del viaje. Un abrazo.

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