Hola navegantes.
Esta es la dibucarta de cuando por fin pudimos salir de Boulogne como si la ciudad
estuviera apestada. La cosa no empezó bien porque no
arrancaba el motor. A veces el capitán tiene
que tragarse la negrura, disimular, y hacer acopio de sangre fría.
Aquella madrugada sólo de pensar que tuviéramos que quedarnos en
Boulogne-sur-Mer algún día más por llevar el fueraborda a un taller me ponía al
borde de la angina. Con grandes dudas de conciencia de si hacer como si
nada o mandar a revisarlo opté por lo primero, pero dudas ¡vaya si las
tuve!, temeroso de lo que sería de nosotros si nos fallaba el motor en
la larga travesía que planeábamos (clic encima para leerla mejor).
Nos habíamos propuesto llegar a Cherburgo, dos tercios del Canal de la Mancha, en un día y una noche porque el día siguiente venía otro temporal que tampoco nos dejaría navegar. Y finalmente lo conseguimos, y además todo a vela con un viento muy favorable: en resumen, un solo bordo de 165 millas amurados a estribor. Establecimos las velas en Boulogne y nos las cambiamos hasta Cherburgo. Pero aunque lo conseguimos yo no estoy contento con ese récord. No me gusta esa forma de navegar con prisa, cuando ningún puerto tiene ya aliciente alguno aparte del de verle directamente por la popa.
Por la noche tuvimos dos sustos de quitar el hipo, uno con los molinos de un campo eólico y otro con una baliza del canal de entrada de los mercantes a Le Havre, que estaba apagada. Pero completamente agotados tras navegar las 165 millas seguidas en treinta y cinco horas, entramos en Cherburgo el segundo día.
En Cherburgo estuvimos otro día retenidos por un nuevo temporal. Cuando se pasó, en tres días de unas navegaciones plácidas llegamos a Saint-Malo, donde nos esperaban las chicas.
Al primero que transcriba la dibucarta le mandaré el dibujo original.
Con cuidado, navegantes.
Hola navegantes. Después de cinco días de temporal en Boulogne nos las prometíamos tan felices para seguir nuestro viaje cuando el motor no quiso arrancar. Tras resolverlo volvimos a salir mur desconfiados al canal de la mancha para encontrarme los mismo 24 horas después en Cherburgo: ¡Otro temporal! Nos hartamos de decir "Lagarto, lagarto" y de cruzar los dedos índice y corazón pero ni por ésas.
ResponderEliminarLeeway.
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Bueno, en la cabeza pone "para encontrar más de lo mismo", pero es tuya.
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