Visitas al blog:

miércoles, 22 de julio de 2020

Mucho motorrrrrrrrrrrrrrr.

Hola navegantes.

Hoy nos levantamos a las 5:30 para desayunar y estar en la barra de la ría de Foz exactamente en la pleamar y salir sin problemas. El sol salía las 7 y pasamos por la barra con la luz del crepúsculo. Aunque aún no hacía viento, quedaban unas olas de mar de fondo de 1-1,5 metros que rompían en la orilla derecha de la canal. Salimos bien pegados a la izquierda siguiendo el trak de nuestra entrada de ayer y llegamos a altamar sin problemas. No tengo fotos, ya comprenderéis que en esas situaciones en lo último que se piensa es en hacer fotos.

Al no haber viento hicimos la primera parte de la mañana "a la francesa" (a motor y con la vela mayor para equilibrar el barco y aprovechar el viento aparente producido por el avance a motor). A eso de las 9 h. pasamos frente a Burela, la localidad confinada por la Covid. Me dio pena no entrar
porque me traía recuerdos de nuestra vuelta a España.


Más tarde pasamos frente a Alúmina Española, una fábrica de aluminio que se ha construido un puerto para mercantes para ella sola. Es un puerto enorme donde puedan maniobrar, aunque la parte industrial de la zona cerrada por los espigones es solo la esquina Sur. El resto son playas y, en la esquina Norte, un puertecito pesquero llamado "El Portiño de Morás". Tenía ganas de conocerlo por su ubicación extraña y para valorarlo como posible escala a nuestra vuelta a Santander, si sigue el confinamiento en Burela.

La entrada a Alúmina Española es impresionante, porque pasas primero por un archipiélago de tres islitas llamadas Los Farallones,
pura naturaleza salvaje


y caes de repente en las fauces del monstruo


Los espigones están construidos con bloques de hormigón y los que sobraron están amontonados en la playa.


Dentro tienen su propia flota de remolcadores y todo el tinglado de la fábrica y la carga y descarga.


Pero al final del superpuerto viene la otra sorpresa, y es encontrar un puertecito perdido con su lonja, sus botes amarrados a boyas y sus pesqueros amarrados al muro, todo junto a una playa de arena blanca, y con el agua sin un solo rizo debido a la protección de la escollera gigante.


Pregunté si se podía pasar allí una noche y todo fueron facilidades, no creo que ningún velero entre allí ni por pura casualidad.

Luego me he enterado que han levantado el confinamiento a Burela, o sea que no sé si al final iremos al portiño, pero nos ha encantado conocerlo.

Al salir de Alúmina española aún no había viento, aunque ya eran más de las 14 h, y sólo se levantó el cabrito de él cerca de las 14 h, cuando embocábamos la Ría de Viveiro, que fue el único tramo de toda la jornada que pudimos hacer sólo a vela.

Antes del puerto de Viveiro está el puerto pesquero de Celeiro, y tiene un problema de balizamiento igual que un puerto italiano que ahora no recuerdo el nombre y que conocimos en la navegación a Elba. Resulta que han colocado una escultura de bronce junto a la baliza roja, creo que es una virgen, y la escultura ha tomado color verdoso. Pues resulta que desde lejos se confunde con una baliza verde y te complica la recalada. Con todos los respetos por el arte, yo lo considero una imprudencia.


Hoy hemos acabado tan hartos del motor que mañana nos vamos a tomar un día de descanso en Viveiro, para conocerlo bien y resolver algunos temas de intendencia y domésticos.

Con cuidado, navegantes.

3 comentarios:

  1. El puerto era San Vincenzo entrada del jueves, 2 de junio de 2016

    https://cortomaltes2012.blogspot.com/2016/06/nos-salio-bien-la-jugada.html

    Un abrazo y buen viento.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Daniel, veo que tienes mejor memoria que yo. Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Que va, lo busque en las entradas del blog hasta que di con ella. Salu2.

    ResponderEliminar

Los comentarios son bienvenidos. Lo más cómodo es poner tu nombre al final del texto y luego elegir como identidad "anónimo".