Así llaman algunos al mar, y con razón. Hoy nuestros planes los ha dictado el viento, y en concreto su falta absoluta.
Como el pronóstico no daba el más mínimo céfiro hasta el mediodía, salimos de Llanes tarde, y aprovechamos para recorrer en bici el pueblo y su precioso paseo al borde de los acantilados.
Al acercarnos en la bici pasó una de esas cosas que te hacen pensar que Murphy no se ha acordado de nosotros este año. Iba despacio en la bici y de pronto me vi sentado en el suelo. Se había pasado de rosca la tuerca que sujeta la tija del sillín. Pues justo en la acera de enfrente había una ferretería y tenía las palomillas justas, con el mismo paso de rosca. Inaudito.
A la salida del puerto de Llanes hice una foto de la supuesta escala que marca la altura de agua sobre el umbral de la esclusa. Está simplemente pintada en el hormigón y para los que venimos de fuera es un riesgo no verla. Merecería un poco más de dedicación:
Entre el hormigón y el verdín está la marca de 4,50 metros, por debajo ilegible.
Luego siguió una navegación plácida en la que intentamos sacar algún nudo a aquel suspiro que no agitaría ni el humo de un cigarrillo, pero sin éxito.
Finalmente nos rendimos a la evidencia y acabamos la navegación "a la francesa", o sea, con el motor y la mayor. Como el tiempo estaba tan calmado aprovechamos para algunos bricolajes, como resolver la gotera del ventanuco y cambiar la sujeción de la trapa, ya que su herraje empezaba a mostrar signos de corrosión.
Aunque nuestro destino inicial era Lastres, al pasar frente a Ribadesella no pudimos resistirnos a su llamada y nos quedamos aquí. Uno de los pueblos más bonitos de Asturias, si no el más bonito, con su ría, su fachada marítima, el telón de fondo de los Picos de Europa, etc.
Y todo en una tarde de auténtico verano. Inmejorable.
Aquí el monumento a los piragüistas y el paseo marítimo dedicado a los ganadores cada año del descenso del Sella, como la calle de los artistas de Hollywood:
Y aquí la fábrica de chocolate (todo lo que se ve es comestible):
Un pueblo precioso y digno de visitar. Hoy dormiremos en Ribadesella y mañana intentaremos llegar a Gijón.
Con cuidado, navegantes.
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