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sábado, 18 de julio de 2020

Cambio de tripulación en Ribadeo.

Hola navegantes.

Hoy el pronóstico nos ha hecho una jugarreta. Estaba pronosticado un NE de fuerza 3-5 a partir de las 11, y nos apresuramos a salir de la ría de Navia antes de que las olas del NE se hicieran rompientes, como ayer por la tarde. Así que salimos a las 9.30 en plena bajamar, lo que nos ponía más difícil pasar entre los bancos de arena. Había guardado el trak de la entrada y lo seguimos a rajatabla, y así conseguimos llegar al mar sin incidentes con la orza y el timón subidos (así el Corto Maltés cala 70 cm).

En altamar esperamos pacientemente a las 11, pero el NE no acudió a su cita ni a las 11, ni a las 12, ni a las 13 ... Cualquier intento de navegar a vela se saldaba con un espí flácido que se enrollaba en el estay, y el velero a menos de un nudo. Total que hemos hecho toda la mañana a motor.

En estas pausas se aprovecha para los bricolajes, y hemos comprobado que el panel solar pequeño, que tiene ya una vejera de unos 30 años, no cargaba nada, así que le hemos dado eutanasia y ha acabado en el contenedor.


Cansados de la motorada, al pasar frente a Tapia de Casariego decidimos entrar a conocer el puertecito. Y fue el mayor acierto de la mañana. Un puerto pesquero coqueto de los que hacen palidecer a un comerciante de postales. Hoy no pudimos quedarnos porque teníamos una cita en Ribadeo, pero es muy posible que volvamos, o sea que si al salir de Ribadeo tiramos para el Este no penséis que nos volvemos a Santander.



Al salir de Tapia apareció por fin el esperado Nordeste, y fue el único tramo que pudimos hacer a vela, como la tercera parte de la etapa. Llegamos a Ribadeo hacia las 16 horas, pasando bajo su impresionante puente, el que une Asturias con Galicia.


El puente hay que pasarlo por su ojo derecho, el más cercano a Galicia, aunque la marea estaba alta y toda la flota pasaba por el central. Algo poco simpático porque es como ir por dirección prohibida presumiendo de ello. Allá películas con el seguro si ocurre un accidente. La verdad es que la señalización del balizamiento es poco ortodoxa, pues consiste en el cilindro rojo y el cono verde saliendo de una especie de andamio de los pilares del puente. Hasta que no estás encima no los ves.


Luego vinieron las despedidas y los encuentros. Aquí se despide David y se incorpora Ana para las próximas dos semanas, en que si el Covid no lo impide recorreremos las Rías Altas.


Hasta mañana, navegantes.




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