11/06/2023 La Cotiniere-La Rochelle
Echo "la siesta del
carnero" mientras doblamos el cabo Chassiron, extremo norte de la isla
de Oléron. Suena el mar bajo la quilla con dulce monotonía. Saludamos a
los barcos que navegan en sentido contrario esa mañana gris,
transformada, por mor del viento, en deliciosa e inolvidable.
A la altura del cabo, un pecio del que apenas asoma el palo sobre el
agua, nos reafirma en la decisión acertada de entrar anoche en la
Cotiniere, no jugárnosla de madrugada tratando de alcanzar La Rochelle.
En la arribada, la bahía se tiñe de esmeralda intenso bajo un
acerado cielo gris. Los veleros surcan el agua pintando el paisaje
soñado. Algún mercante abandona el puerto comercial. Permite que
pongamos en práctica los conocimientos de una navegación cortés y
cedamos la preferencia que, por otra parte, ya tiene. Impresiona el
bosque de palos del puerto de Les Minimes, frente a la baliza del
cardenal Richelieu (así la han bautizado e impreso su nombre en chapa:
es costumbre nombrar las balizas singulares), en el acceso al canal del
puerto. Al embocarlo, avistamos ya a distancia sus magníficas torres
coronadas con la bandera nacional de Francia en lo alto. Ondea orgullosa
al viento entre la Cadena, San Nicolás y la Linterna: nombres míticos
para cualquier navegante.
Coqueta y diminuta capitanía en la
Rochelle. Pequeño edificio tras las torres, entre las linternas que
cumplieron como enfilación verdirroja. Hoy obsoletas, conservan el
encanto de lo que un día fue útil y no ha dejado de ser bello. La
atiende, diligente, Valentine. Enseguida nos acomodará en el viejo
puerto mostrando un costado a las torres como desea el patrón. El
escenario es perfecto.
Antes,
entre la isla de Oléron y el continente, hemos intuido en la distancia
Fort Boyard, el fuerte que los franceses construyeron en el interior de
la bahía para proteger el arsenal de Rochefort de los ataques
británicos. La artillería francesa no alcanzaba a los barcos británicos
por muy poco. Se plantearon entonces levantar este fuerte en medio del
mar. Fuera del uso para el que fue concebido, lo ha comprado un
millonario para realizar allí un reality televisivo. En las
imágenes aún impresiona su forma ovalada, erguida a varios metros sobre
el nivel del mar, sus paredes cuajadas de troneras defensivas.
Miguel Cabero (https://caberomiguel.blogspot.com/)
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