El final del río Vilaine: Redon.

Hola navegantes.

Esta mañana salimos de Rieux para una etapa corta hasta Redon, la última ciudad a la que podemos llegar sin quitar el palo. A partir de aquí hay canales como el de Midi, que pueden llevarte hasta Saint Malo en el Canal de la Mancha o hasta Nantes, pero ya hay que quitar el palo y eso no entraba en nuestros planes este año.

La navegación ha sido muy agradable con el viento por la popa y navegando sólo con el Génova. Por el camino hemos visto un tipo de "barcos" que van siendo habituales a nuestra vista, y cada vez más chapuceros. Ahora se trata de casas prefabricadas, o incluso chabolas de chapa, montadas en una balsa que es la que flota e impulsadas por un fueraborda. Suponemos que no "naveguen" más que para ir de un pantalán a otro o de una orilla a otra, pero estos bretones son capaces de todo.

La entrada a Redon es por una esclusa que ya no cumple su función y la dejan siempre abierta. Antes de construirse la presa de Arzal, en la desembocadura del río, mantenía lleno de agua el puerto en bajamar, porque la marea llegaba hasta aquí, aunque estemos a 50 km tierra adentro. Ahora que el río siempre tiene el mismo nivel de agua, equivalente a una pleamar, la esclusa no tiene sentido. Ha quedado como un pasillo de entrada al puerto y nada más. Sin embargo después del puerto hay muchas otras que comunican con los principales canales navegables que salen de Redon.

Por la tarde íbamos a ir en bici por la pista ciclable hasta Gacilli, un pueblo del que todos nos han contado maravillas. Pero se puso a llover y nos quedamos enclaustrados debajo de un puente sin poder avanzar ni retroceder, y allí hemos hecho hoy el blog. O sea que es un reportaje pasado por agua. Al final no llegamos a Gacilli, que se queda para mañana, pero merendamos un crêpe fabuloso en Île aux Pies, un área recreativa con tirolinas, y nos volvimos.

Hasta mañana navegantes