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viernes, 19 de mayo de 2023

Paul De Meerschman sigue este blog.

 Hola navegantes.

Hace unos años os conté la historia de Paul De Meerschman, un navegante francés que con un velero como el Corto Maltés (6,8 metros de eslora y fueraborda de 6 CV) tenía un currículum impresionante navegando por toda Europa, hasta los países nórdicos. Después, con más de 60 años y recién salido de una operación de los riñones, se dio una vuelta por Escocia y luego por África, cruzó el Atlántico en solitario, recorrió el arco de las Antillas, Cuba y las Bahamas, para terminar recalando en México. Como no sabía que era imposible, lo hizo.

En México le sorprendió la pandemia mundial del Covid y una avería importante (se le rompió el palo) que prácticamente le decidieron a volver a Francia. Regaló el barco a un amigo francés que lo iba a utilizar como vivienda para un guarda, y volvió a Francia en avión. Allí publicó el libro de sus aventuras en el velero "Zen", titulado "Pequeño barco, gran viaje (las aventuras y tribulaciones del barco Zen y de su discípulo)", que puede conseguirse en Amazon:

Cuando parecía que iba a dedicarse a la vida contemplativa porque ya no tenía barco, consciente de que el tiempo siempre corre más deprisa que nosotros se compró uno aún más pequeño, de 5,50 metros de eslora, bautizado "Tao", y con ese barquito dio la vuelta a Francia el año pasado. Lo hizo siguiendo un recorrido muy parecido al nuestro con el Corto Maltés en 2018:


 Todas las aventuras de ese viaje las ha publicado en un libro que acaba de salir titulado "Petit bateau tour de France", también en Amazon:

Yo ya lo he comprado para leerlo durante nuestro recorrido por Francia hacia Londres, donde prácticamente vamos a recorrer otra vez toda la fachada atlántica de Francia antes de llegar a Inglaterra. Así iré ambientando nuestro recorrido con sus historias y comparándolas con las nuestras. Los dos libros están en francés, y os los recomiendo mucho si podéis leer en el idioma de Molière.

Por si fueran pocas las coincidencias, en el número de junio de la revista Voiles et Voiliers donde salió el reportaje de nuestra vuelta a Italia, ha salido también el de su vuelta a Francia, o sea que hemos compartido la gloria efímera de las páginas de esa magnífica revista de vela. Para que le conozcáis, es éste de la cabellera de Beatle:

Leyéndolo comprendes que el que no navega es porque no quiere (el barco le costó 2.000 euros) y la facilidad con que muchos "navegantes" encuentran disculpas para no moverse del sillón y mojarse más en el bar que en el mar, aun teniendo barcarrones que podrían competir en electrónica y comodidades con un  Boeing 747. He aquí un jubilado con un barquito modestísimo, cruzando el Atlántico y recorriendo toda Europa, que disfruta del mar aunque en los barcos pequeños algún día tengamos que limpiarnos los dientes con Ajax. Y  no es exageración, que yo os confieso que un día tuve que ducharme con jabón de lavavajillas.

Y ahora, por un comentario de la entrada de ayer del blog, me entero de que es seguidor de este blog, lo cual me honra. Gracias, Paul. Aunque no nos conocemos personalmente, te admiro y espero poder conocernos algún día y tal vez compartir una navegadita.

 Con cuidado, navegantes.

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