No sé cuánto estuvo Adán en el paraíso, a nosotros nos duró dos horas. Salimos de Puerto Chico a las 9.50 con un viento suave del Sur, perfecto para la ruta prevista, que era hacia el Este. Y las dos primeras horas navegamos en la gloria, con la mayor y el génova entre 4 y 5 nudos, con poca ola y haciendo rumbo directo hacia el Cabo de Ajo, el más al Norte de Cantabria y donde el rumbo debería recurvarse hacia el Sureste. Pero hacia las 12 el viento se paró como si el aire hubiera dejado de respirar, tuvimos que arrancar el motor y apareció por la proa un frente de chubascos en los que, cómo no, acabamos metiéndonos. A motor estuvimos dos horas, pero en los chubascos volvió a arreciar el viento, esta vez del Sureste, y como ya habíamos pasado el Cabo de Ajo nos venía justo de proa. No obstante pudimos aprovecharlo y acabar la jornada, hasta Laredo, a vela. En total 22 millas en poco más de 6 horas, de las cuales dos a motor. No está mal.
Porque aunque los hicimos con toda la ropa de aguas puesta, ya lo dice el refrán: es mejor un mal día de vela que un buen día de trabajo.
Acabamos de comer a las 17.30 y después de un descanso fuimos a recorrer Laredo, ya con un cielo despejado. Subimos a La Atalaya, desde donde se tiene una vista aérea del pueblo y de la playa, donde han levantado un murete de arena para frenar las olas de los temporales. Es una obra efímera que renuevan cada año.
Al atardecer volvimos a bordo, haciendo raro, con el cambio de hora, que hubiera tanta luz a las 21 h., pero para nosotros es lo maravilloso del horario de verano. Así que me despido con una foto del Corto Maltés en Laredo con la bonita luz tras los chubascos.
Hasta mañana, navegantes.
Me parece una estupenda forma de estrenar el horario de verano.
ResponderEliminarA disfrutar de esta semana de primavera, que por aquí se anuncia cálida y seca. Yo por mi parte comenzaré mis trabajos en el Blue Hope, aprovechando mi nueva faceta de jubilado.
Un abrazo, buenos vientos y muchas gracias...
Rodolfo