Este verano estamos organizando las navegaciones Carpe Diem con los grumetillos de Valdecilla y no podemos hacer una navegación "larga". Nos vamos a limitar a una travesía costera hasta la esquina Suroeste de Francia, aprovechando para entrar en los pocos puertos y rías de Euskadi que nos quedan por conocer, y los puertecitos de esa esquina del Golfo de Vizcaya, entre España y Francia. Saldremos el 13 de julio hacia el Este, y podréis seguir nuestra progresión en el apartado "dónde estamos" en la columna derecha de este blog, y en las sucesivas entradas las anécdotas que nos vayan sucediendo.
Tenemos una cita en Bilbao el martes 16 de julio para presentar el libro "Dibucartas al grumetillo", en el Museo Marítimo, y después seguiremos sin prisa hacia Francia. Por cierto, en las primeras etapas me acompañará el grumetillo, o sea que llegaremos a la presentación en Bilbao por mar.
Como en otros viajes, ya tengo preparado el cuaderno de bitácora que recogerá las anécdotas de esta navegación y las siguientes:
La tapa, no sé por qué pero me recuerda nuestro paso por París el año pasado, cuando dimos la vuelta a Francia en el Corto Maltés, y por eso la he elegido. En el interior he puesto, como tengo por costumbre, las chuletas de la meteorología, para interpretar enseguida los partes y pronósticos que dan por la radio. La escala Beaufort de viento:
También el esquema del paso de una borrasca, para saber lo que tardará en alcanzarme cuando veo los primeros cirros, y la secuencia de su paso:
Y los tipos de nubes para ayudarme a interpretar su significado:
En España, para la náutica deportiva sólo es obligatorio el cuaderno de bitácora para la zona 1 (navegación oceánica) aunque es recomendable en todas. Cuando lo usas voluntariamente no tiene un formato homologado. Yo suelo anotar aproximadamente cada hora, y siempre que viramos, lo siguiente:
• La hora.
• La presión atmosférica. Parece una tontería pero más de una vez me han sorprendido bajadas de más de un milibar por hora durante dos horas seguidas, que pronostica fuerza 6, en un día radiante que nada hacía sospechar un empeoramiento.
• La latitud y la longitud.
• El rumbo y la velocidad, que junto con el dato anterior me permite obtener una posición estimada si falla el GPS, lo que también me ha pasado.
• El estado del cielo (octas de nubosidad) y del viento.
• Las velas que llevamos y/o motor.
• Los avisos meteorológicos y de otro tipo emitidos por la radio, acaecimientos y anécdotas.
Una de las cosas más emocionantes en la navegación es cuando escribo la fecha arriba de una de estas páginas en blanco.
Intento imaginar lo que nos pasará ese día, las personas y los sitios que conoceremos, tantos paisajes que no soportan más que el silencio, dónde dormiremos... y luego por la noche me entretengo haciendo el repaso mental del día y comparándolo con lo que imaginé. Yo recomiendo llevar un cuaderno de bitácora incluso en las navegaciones cercanas y aparentemente rutinarias donde no es obligatorio, aunque sólo sea para ayudarte a colocar en la memoria, a la vuelta de un viaje, esa lluvia de lugares y de personas...
¡Con cuidado, navegantes!.
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