Hoy que ha sido un día rutinario de pasar esclusas (26, y en lo que va de viaje 131) he ido coleccionando curiosidades de los canales para enseñároslas.
En primer lugar los bellos amaneceres con "mar de humos", ese vapor que se levanta del agua por la diferencia de temperatura:
Obviamente estamos madrugando mucho para recuperar el tiempo perdido con los últimos incidentes.
Estos son los "amarres" de espera en las esclusas. Nada que ver con los del canal de Midi, pensados para los barcos deportivos. Aquí están pensados para las gabarras:
En las esclusas hemos visto buenas ideas y auténticas chapuzas. Entre las buenas ideas estos agujeros para el bichero, que de otra manera se resbalaría sobre la piedra:
Y entre las chapuzas, estas chapas colocadas delante de algunos norays, auténticas guillotinas para nuestras amarras. Yo hoy he roto la primera
También es curioso que algunas esclusas "manuales" lo son en sentido literal. No es sólo que no sean de funcionamiento automático, es que el esclusero (en este caso esclusera, se llama Caroline) las abre a manivela:
Nuestros problemas con el motor dentro de la esclusa se saldaron con la rotura de la luz del palo, que iba a popa. Comprendí tarde que también hay que hacer una "trompa" en lo que sobresale por detrás:
Hoy hemos atravesado un túnel de doble dirección. Es algo inaudito, casi siempre son de una sola dirección y te dan paso alternativamente:
Hasta mañana navegantes.
Amigo Alvaro:
ResponderEliminarDe regreso de mis Vacaciones, leo tus correos de días pasados incluidos los correspondientes a vuestro paso por Paris. ¡Que emocionante! ¡Espectacular!¡Enhorabuena! Lo que no cuentas es como fuiste capaz de encontrar ese amigo francés al que no conoces siquiera, que te hizo el reportaje incluido el pequeño video. ¿De que no serás tu capaz?
Un abrazo de Higinio
Gracias Higinio. A Christian le conocí difundiendo en mis contactos de wasap que si alguien conocía a un amigo en París que quisiera hacerme ese favor le pusiera en contacto conmigo. Cuatro o cinco me contestaron, pero desgraciadamente sus contactos, en pleno agosto, estaban de vacaciones fuera de París. Pero al final hubo suerte y apareció Christian. Un abrazo.
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