Hola navegantes.
Como dice el título, la última evaluación epidemiológica sitúa a todas las regiones italianas en zona amarilla, esto es, sin limitaciones de movilidad entre ellas. Buena noticia. Respecto a Francia, en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores sigue diciendo que se necesita PCR aunque estés vacunado, espero que de aquí al 9 de mayo haya cambiado. Ojalá, porque al salir de España tendremos por delante más de 2.000 millas (parece que no es mucho si se dice rápido) y da pereza empezarlas con estos problemas ajenos a la navegación. Me gustaría tener que preocuparme sólo de la meteorología y la intendencia, como otras veces.
Las próximas dos semanas serán, por tanto, de ultimar los preparativos y de ir saboreando en la imaginación lo que nos espera. Mientras tanto, os adjunto el siguiente episodio de la navegación a Elba, la etapa Cannes-Isla de Santa Margarita.
Santa Margarita forma parte del archipiélago de las Lérins, constituido por dos islas, Santa Margarita y San Honorato, y algunos islotes.En el estrecho entre las dos islas principales es donde han situado las esculturas sumergidas que os conté en la entrada de 24-2-21.
Nos quedamos en el pantalán de las vedettes que desembarcan a los turistas en Santa Margarita, desde donde pudimos visitar cómodamente la isla. Además, como era temporada baja, nos quedamos a dormir allí y nadie nos dijo nada. En toda la isla está prohibido fumar. Está ocupada por bosque de pinos, algunos eucaliptos centenarios, y hasta viñas. Tiene una laguna interior que se formó al inundarse una cantera de donde se sacaba la piedra para las fortificaciones, y que ahora es un observatorio ornitológico. Búnkeres de la guerra mundial, playas y paseos entre los bosques, esculturas en troncos de árboles, y especialmente el fuerte donde estuvo prisionero "el hombre de la máscara de hierro", el hermano gemelo del rey Luis XIV cuando Francia era una monarquía, al que correspondía el trono y su hermano mantuvo encarcelado con una máscara para que nadie se diera cuenta cuánto se parecía al rey. Se visita su celda y se ve el agujero en la piedra por donde hacía sus necesidades.
A media tarde pasó la gendarmería francesa pidiendo los papeles de los
barcos y revisando el material de seguridad. A nuestro vecino le cayó
una multa por faltarle algún chaleco. A mí me llamó al pantalán y al
ver por el acento que no soy francés me preguntó por el pabellón del
barco. Al contestarle que español dijo que entonces no tenía derecho a
hacerme una inspección, y no nos pidió nada. Por la noche estábamos solos y nos sobrevoló un dron, pero no supimos si era de la policía o de un vulgar aficionado.
Este verano intentaré quedarme en San Honorato, y desde allí visitar las esculturas sumergidas. En la siguiente foto, la costa Sur de San Honorato, con el monasterio y la fortaleza.
Con cuidado, navegantes.
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