Recorriendo la ciudad yo no paraba de tener "dejá vues" hasta que me di cuenta de que en nuestra primera navegación a Bretaña también visitamos Rennes. Sólo voy a contaros las cosas más sorprendentes que hemos visto.
En la iglesia de St-Melaine el cura había montado en una de las capillas laterales una taberna. ¿Que no?. Aquí lo tenéis:
Se llama "la taberna del cura" y se ha hecho hasta vasos con el mismo logo de la foto. Supongo que a la feligresía más joven la tendrá muy contenta, pero la idea se las trae. Hemos visto otras iglesias con un espacio guardería con libros y juguetes infantiles, pero eso es más razonable para que se distraigan durante la misa cuando no tienen edad para comprender lo de renunciar a Satanás, a sus pompas y a sus obras.
En el parque Thabor había una chica con una colección de "máquinas de escribir payasas", a cual más rara, y había cola para probarlas. Fijaos en la del faquir:
En los aparcamientos de bicis hay infladores de uso público. Una idea muy práctica. Yo siempre llevo bomba y más de una vez he tenido que prestarla para una emergencia.
Y en las estaciones he visto una idea que había pensado yo para los barcos: cargadores de batería a base de pedales. En los barcos sería muy práctico porque se hace mucho ejercicio de brazos y poco de piernas, y después de las travesías largas notas que has perdido fuerza en ellas:
Aquí uno que vive en la peniche y ha usado la piragua de macetero:
Mañana seguimos Daniel y yo hacia el norte y madrugaremos para pasar el Finisterre francés, entre la isla de Ouessant y el Continente.
Hasta mañana navegantes.
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