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sábado, 28 de julio de 2018

Retenidos por la meteo y el motor.

Hola navegantes.

Como os conté ayer, entre Le Havre y Fecamp nos dimos cuenta de que el motor no cargaba la batería. No es una avería grave porque también la cargamos con el panel solar y la electricidad del pantalán en las marinas. Pero todo el mes de agosto vamos a navegar por los canales para bajar al Mediterráneo, y en los canales vamos poco a las marinas. A eso se suma el calor que vamos a pasar y la necesidad de encender la neverita eléctrica, y nos amenazaba la perspectiva de pasarnos un mes buscando bolsitas de hielo. Entre eso y que se anunciaban dos días de meteorología adversa, nos decidimos a buscar la avería e intentar repararla en Fecamp.

Aprovechando los conocimientos de David y armado con un multímetro, hizo un chequeo del alternador y del regulador y parecía que ambos fallaban. Las primeras gestiones para conseguirlos fueron deprimentes, porque el motor es italiano y los recambios tardan una o dos semanas en llegar a España o a  Francia, y en agosto posiblemente más. Y además no estamos parados en un puerto determinado sino que tenemos que hacer que nos los lleven a donde suponemos que vamos a estar dentro de esos días. Al final una gestión imposible.

Al empezar a desarmar el motor para ver si tenía algo fácil de arreglar David vió que se había soltado, por desgaste, uno de los cables del alternador. Su soldadura se había desconectado de la bobina de hilo y antes de desarmarlo no se veía por la carcasa que protege la correa de transmisión. Buscamos un taller, el de Yamaha, donde pudieran soldar ese contacto y finalmente hoy nos han entregado el motor arreglado. 


Parece que en este viaje hasta las desgracias ocurren en el mejor momento, porque estamos padeciendo un viento del oeste de fuerza 5-6 con olas de 1,5 metros, y mañana de hasta fuerza 7 con olas de 2,1 metros) que en cualquier caso nos habría retenido en puerto.

Hemos dedicado el día a conocer Fecamp y nos ha encantado. Tiene un cabo a más de 100 metros de altura con unas vistas impresionantes del pueblo y de la costa.


Luego la Abadía del licor Benedictine (ahora Martini) donde había una exposición de un escultor impresionante, que hace esculturas con malla metálica a las que incluso imprime movimiento.


En el capítulo de las negruras, hoy se nos ha vuelto a pinchar la bici, si, la misma rueda que pusimos nueva anteayer.


A la hora roja nos fuimos a ver la puesta de sol frente a la playa, y al ver que el viento real no coincidía con lo pronosticado y que los pronósticos para mañana son discrepantes, hemos decidido que la salida o no mañana la decidiremos al ver el aspecto del mar de madrugada.

Hasta mañana navegantes.

3 comentarios:

  1. Muchas gracias por compartir tan estupendas crónicas y felicidades por las difíciles navegaciones en tan procelosas aguas.
    Buen viento!

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  2. He estado de vacaciones y ahora a la vuelta me he leído por lo menos 10 entradas del tirón. Gran viaje, gracias por compartir, a seguir bien.

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  3. Murphy ha escogido cebarse en una rueda de la bici esta vez!! Un maravilloso relato, de nuevo, Álvaro! Buen viento!

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