Hoy íbamos a remontar el río Trieux, y había que hacerlo con la marea entrante, que aquí sube más de 10 metros en vertical. Como la marea empezaba a subir a las 13:42 hemos tenido la mañana libre y la hemos dedicado a esas cosas prácticas que también son la vela de crucero. Hemos buscado una lavandería y hemos hecho el mantenimiento del motor: revisar el aceite y el ánodo, dar patente a la cola y esta vez, después de la avería de la navegación a Elba, hemos cambiado el termostato para limpiar el anterior.
Por la tarde hemos hecho una preciosa navegación fluvial hasta Pontrieux. Igual que ayer, se han sucedido bosques, villas, un molino de mareas, un castillo, y hemos tenido que pasar una esclusa:
Mañana volveremos al mar de madrugada, recorremos las islas Bréhat, y por la tarde, aprovechando la marea, iremos a algún puerto cerca de Saint-Malo para los días siguientes conocer La Rance, ese río que os conté con la presa mareomotriz, las mareas artificiales y la foca Josefina.
Hasta mañana navegantes.
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