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miércoles, 22 de febrero de 2023

Velas rígidas.

 Hola navegantes.

Las velas de los barcos siempre han sido de tela, más o menos técnicas, pero telas. Buscando mejorar las prestaciones, se inventaron las velas rígidas, que no se deforman ni se arrugan y son como la carrocería de un coche o como el ala de un avión. El problema es que no se pueden arriar, y cuando el barco deja de navegar sólo hay dos opciones: o desarmar la vela entera con una grúa, o dejar el barco fondeado (nunca amarrado a un muelle) para que si cambia el viento siempre se coloque de proa a él.

El F50 Sail GP es el catamarán más rápido del mundo, y lógicamente lleva un vela rígida. Puede superar los 50 nudos (con el Corto Maltés nosotros nos alegramos con medias de 5 nudos) y lleva unas velas de hasta 29 metros de alto (como una casa de 11 pisos). Según las condiciones de viento que se esperan en la regata del día siguiente, se le cambia la vela por la noche con una grúa.


Pero claro, eso no está al alcance del aficionado normal, sino sólo al de los equipos de élite que emplean sumas de  muchos ceros en el talonario. Por eso no sé si les habrá dolido mucho o poco que el viento se llevara una de sus "velas" cuando estaban preparando los bártulos, y arrasara la nave del equipo técnico, como ocurrió recientemente en un cambio de velas en Sydney:

Clic aquí

 De milagro no hubo víctimas, porque esa vela flotando en el aire podría haber caído encima de alguno de los grupos que corría por el suelo sin saber qué hacer, y haber matado a alguien. Siento ponerme pelma, pero de verdad, eso no es la vela, es otra cosa.

Con cuidado, navegantes.

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