Hola navegantes.
El siguiente es un anuncio de aparejos de carbono, o sea, mástiles y los cables que los sujetan. Son más ligeros que los de acero y aluminio, permiten mejorar la estabilidad del velero al quitarle peso en las alturas, y resisten más. Para ponerte en el papel, te muestran un velero metido en lo peor de lo peor: una nubes negras y bajas de las que decapitan las montañas, una tromba de agua, olas enormes y rompientes, y el dios Eolo soplando todavía más porque le parece poco lo que ya ha montado.
Y en mitad de la rasca, el velero saliendo airoso se supone que gracias a su aparejo de carbono. No está mal a pesar de la exageración.
Como curiosidad, os diré una trampa de presumir que he visto en algunos puertos. Los aparejos de carbono se consideran lo mejor de lo mejor, y son de color negro con una especie de cuadrícula en su superficie. Son carísimos (un mástil supera fácilmente los 100.000 euros, sí, cien mil) y le dan mucho caché al barco. Pues ya han inventado unos vinilos imitando la superficie del carbono para pegar sobre el mástil de aluminio. Aunque sobre el casco no lo he visto, supongo que también los habrán sacado para camuflar el propio casco y que el barco entero parezca de carbono sin serlo. Hay que ser tan ingenuo como largo es el Río Po para picar, pero por lo que parece sí, algunos pican.
Con cuidado, navegantes.
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