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martes, 31 de enero de 2023

Las aventuras de Tintín Maltés en Venecia.

 Hola navegantes.

Se me olvidó contaros la aventura que vivimos cuando Tintín y el Capitán Haddock vinieron a saludarnos a Venecia, al terminar nuestra vuelta a Italia en el Corto Maltés.

 Un seguidor del blog que la conoce bien me ha mandado este recuerdo, para compartirlo con vosotros (clic encima para verlo mejor). Recoge el momento en que Tintín estaba destrabando una driza, y casi se cae a la cubierta del susto al escuchar a La Castafiore cantar La Traviata. Y cuando veáis el cambio de personaje en la aleta de estribor de mi barco no penséis que mi amigo ha perdido la chaveta, que eso es parte de la historia.


 Espero que os guste, y a ver si encuentro tiempo para contaros la aventura.

Con cuidado, navegantes.

lunes, 30 de enero de 2023

Publicidad náutica (46).

 Hola navegantes.

Esta es de las se han pasado un pelín, por supuesto que siempre desde mi punto de vista y reconociendo que puedo estar equivocado. Es una empresa de productos alimenticios que esponsoriza un barco de la Vendée Globe, de la que os hablé hace unos días. Con el lema "Todos libres de vivir nuestros sueños" nos presenta una burda composición que supongo quiere ser una gaviota, con el cuerpo de una mujer que en otro contexto podría pasar por una estarlet, y unas alas que son las dos velas de un velero:

Y debajo, en la esquina, alguno de sus productos. En fín, relacionar los productos alimenticios con la libertad...

sábado, 28 de enero de 2023

Resurrección del Joshua.

 Hola navegantes.

En diciembre de 2021 os conté que el Joshua, el famoso velero de Moitessier, había sido diagnosticado de diversas dolencias y que estaba en varadero desde octubre de 2019, esperando la financiación para restaurarlo, sin ninguna garantía de que se pudiese hacer:

Clic aquí

Pues al final ha sido posible y, con 60 años ya en la estela, está siendo sometido a una restauración a fondo, absoluta. El Corto Maltés tuvo el honor de estar abarloado a él en el verano de 2018, durante nuestra vuelta a Francia:



Os recuerdo que Moitessier naufragó con él en Mexico en 1982  durante un ciclón, y falto de fuerzas por su edad, y de ánimos, se lo regaló a unos chicos que le habían ayudado a rescatarlo. Aquí podéis verle, flaco como una oblea y desesperado, junto a su barco destrozado en México:

 

Más adelante lo adquirió el Museo Marítimo de La Rochelle, donde se conserva, aún navegando, como monumento histórico.

Pero los años han hecho mella en su estructura, y este invierno se han metido con la tarea de su reconstrucción total. Esto ha significado vaciarlo entero de sus muebles, electricidad, electrónica... todo. Lo han dejado en el acero mondo y lirondo. Verlo así te duele como una herida, porque parece un pecio:

 

Especialmente han tenido que recortar el casco en la zona de estribor donde quedó varado en el ciclón de México, que desde entonces no se había restaurado, sólo desabollado:


Y otras partes del casco también han tenido que sustituirse, al estar corroidas y/o muy adelgazadas:

De los fondos se han extraido tuercas, cadenas y tornillos que en los años 50 se usaban como lastre en los veleros, y se han sustituido por materiales más  modernos y que no se deslicen con las olas, lo que contribuye al deterioro de las chapas de acero. Concretamente por plomo fundido y cemento.

Ahora van a comenzar con la rehabilitación de los interiores, respetando aquí lo más posible los elementos originales, que son la herencia del gusto particular de Moitessier. Por ejemplo la mesa del salón, con la rosa de los vientos barnizada

 

su antigua cocina:

 o el timón interior mirando a la popa en vez de a la proa, para ver venir las tremendas olas del hemisferio austral, que siempre te alcanzan por la popa y sin embargo, en aquellas latitudes, donde ya nadie navega, no tienes ningún peligro por la proa. La rueda estaba quitada cuando lo visitamos nosotros, pero es ese engranaje arriba a la derecha del que salen dos guardines:

 Espero que todo se desarrolle bien y este verano podamos volver a verle todo reluciente en La Rochelle cuando naveguemos a Londres.

Con cuidado, navegantes.

viernes, 27 de enero de 2023

Publicidad náutica (45).

 Hola navegantes.

La Vendée Globe es una regata alrededor del mundo, en solitario sin escalas y sin asistencia exterior, que se realiza cada 4 años desde 1989. Se considera como la regata más difícil, y por eso se la conoce como "el Everest de los mares". Atraviesa los mares más peligrosos del mundo, por las altas latitudes (hasta los 50 º de latitud Sur), hasta el punto que algunos años ha habido que limitar la latitud hasta la que se permitía descender para no encontrarse con icebergs. Se realiza en unos 3 meses (el récord está en 74 días) y por dersgracia la dureza de la prueba conduce en muchas ediciones a naufragios, normalmente en el entorno del Cabo de Hornos.

En la siguiente foto, de la edición 2016, el publicista ha diseñado una ola con la forma del Everest, y en su cima el velero que esponsoriza elevado hasta casi tocar la borrasca con la mano. Para que hasta un niño de 6 años entienda por qué esa prueba se llama "el Everest de los mares":

Narturalmente no existen olas en el  mar con esa morfología, pero para el anuncio valen.

Con cuidado, navegantes.

martes, 24 de enero de 2023

Un extraño accidente.

Hola navegantes. 

En aguas de Canarias ha ocurrido hace unos días un accidente extrañísimo.  El velero francés Poppy, de 9 metros de eslora, avisó el 15 de enero a Salvamento Marítimo cuando se encontraba entre Fuerteventura y Gran Canaria, informando de que uno de sus dos tripulantes estaba colgado boca abajo de lo alto del mástil y no conseguía descender. 

 

Salvamento Marítimo movilizó al helicóptero Herlimer 201 y a la embarcación Salvamar Nunki. Al llegar, se encontraron un hombre sobre la cubierta y al otro colgando boca abajo de lo alto del palo, golpeándose contínuamente y sangrando abundantemente. Pero ni la dotación del helicóptero ni la de la lancha pudieron hacer nada. El fuerte viento impedía al rescatador descolgado del helicóptero acceder al hombre enredado en el mástil, y solo pudo evacuar en estado de shock al otro navegantes, el que estaba en cubierta. En la siguiente foto, el estado del radar, manchado de sangre y abollado por los golpes del tripulante accidentado.


No tuvo mejor suerte la tripulación de la Salvamar Nunki, que tampoco pudo acercarse por la gran cantidad de cabos, velas y restos que arrastraba el velero, entonces navegando a la deriva a unos cuatro nudos.  Cuando un velero está rodeado de cabos y de velas se terminan trabando en la hélice del barco de rescate y le inutiliza para cualquier tarea de salvamento.

El hombre estuvo colgando del palo y sangrando abundantemente durante 17 horas. Aunque inicialmente se plantearon hasta remolcar el velero a puerto con el hombre colgando del palo, finalmente cayó en la cubierta de la embarcación, quedando malherido, inconsciente y enredado entre cabos. Y cuando se le pudo recuperar desde otro barco (el remolcador Miguel de Cervantes) por los buzos de la Guardia Civil, ya había fallecido.

Es muy difícil entender lo que les ha pasado. En la foto tomada al llegar el barco a puerto, remolcado, se ve que tiene izada la vela mayor hasta la mitad y el génova parcialmente desenrollado. Es un velero nuevo y aparentemente en perfecto estado. 

 

Cabe la posibilidad de que se trabase una driza y decidieran izarse el tope del palo con un arnés para desenredarla. Trepar al tope del palo es una operación no exenta de riesgo cuando se hace en tierra (en algunos varaderos está prohibido) porque te izan a una altura considerable (en el Corto Maltés, unos 10 metros hasta el barco más la altura de la cuna al suelo). Una caida desde esa altura, que en mi barco equivale a 5 pisos pero en barcos más grandes es mucho más, es mortal de necesidad. 

Por eso debe hacerse con todas las medidas de seguridad (arnés específico, doble aseguramiento, etc). Pero hacerlo en el mar, y con el barco navegando, es una tarea reservada a los forzudos que todavía no se han dado de baja de Superman, condiciones que seguramente no reunían los tripulantes, que rondaban los 60 años. La perilla del palo oscila muchos metros con cada ola y tienes que trabajar con una sola mano, porque la otra la necesitas para sujetarte al palo y no golpearte ni caerte. Y hay que tener también el estómago en un cardan para no marearse allí arriba. Muchos que no se marean nunca navegando lo hacen al trepar al palo. En resumen, algo para pensárselo dos veces, y siempre que el viento y el mar estén relativamente calmados. Lo que no ocurría el día del accidente, que tenían vientos de 20 nudos (fuerza 5, ya incómoda para navegar en condiciones normales) y olas de fuerte marejada (hasta 2,5 metros) y para aderezarlo todo, de noche.

Siempre me han preocupado las demostraciones de testosterona de algunos navegantes solitarios, que se trepan al palo navegando solos y además con una GoPro para grabarlo todo, como si fuera un  juego.

Ahora hay que esperar la investigación  judicial para saber lo que ha pasado. Descanse en paz.

lunes, 23 de enero de 2023

La isla de basura plástica, en casa.

 Hola navegantes.

En otras ocasiones os he hablado de las islas de basura plástica de los océanos Atlántico y Pacífico, también llamadas "el continente de basura plástica". Se descubrieron en 1988 y desde entonces no paran de crecer. Se trata de acumulaciones de los plásticos que todos los países del mundo vierten al mar, que acaban reunidos por las corrientes oceánicas en dos puntos principales, al norte del océano Atlántico y del Pacifico.

Actualmente tienen una extensión de 3,4 millones de km2, o sea, 7 veces la superficie de España, por lo que ya son imposibles de recoger, o dicho en otras palabras, estarán allí para siempre. Aunque están en mitad del océano a veces llegan a las costas de Hawaii, haciéndose cruelmente patente para los ciudadanos:

Cuando estas chonadas pasan lejos de nuestros ojos nos creemos que no existen, o que les afectan a los demás. Pero en esta ocasión ha ocurrido bien cerca, en el río Guadalquivir a su paso por Córdoba:

Es una isla de toallitas húmedas desechables, esas que en teoría son "biodegradables" y que al sacarlas de su estuche son tan "limpiucas" con su color blanco folio, pero que en la práctica llevan una parte plástica no degradable, y que ya han producido importantes atascos en las grandes tuberías de aguas fecales de algunas ciudades. En este caso las que han conseguido pasar por las tuberías han llegado al río Guadalquivir, y allí han formado la isla que veis en la foto anterior, en pleno centro urbano para animar la vista de los paseantes cuando ya no son tan "limpiucas" porque están usadas.

Por favor, acordaos de que las toallitas húmedas no hay que tirarlas al váter sino al cubo de la basura.

Con cuidado, navegantes.

domingo, 22 de enero de 2023

Pierde la vida por una bengala.

 Hola navegantes.

A veces ocurren cosas increibles. La Atlantic Rally for Cruisers (ARC) es una regata oceánica amistosa que se celebra todos los años entre Canarias y una isla del Caribe. Más que regata es una concentración de barcos (unos 250) que se juntan para cruzar el Atlántico en grupo y así tener más posibilidades de ayuda en caso de necesidad. Pues la edición de este año ha encontrado su as de picas negro y no precisamente por un accidente de navegación o un naufragio.

Para celebrar el año nuevo, un holandés de 23 años decidió  prender un cohete con paracaídas. En lugar de lanzar el cohete hacia el aire le explotó en la mano y en la cara. A pesar de todos los esfuerzos de los otros tripulantes falleció a consecuencia de las heridas. La bengala no estaba caducada.

La bengala era del fabricante español Pirolec, y el modelo el de paracaídas rojo Flare L-35 del lote 0525/2021 – 113.

Pirolec ya ha ordenado la retirada de todos los cohetes de este lote mediante su cambio gratuito. Tenéis que revisar vuestra caja de bengalas y si pertenece a este lote llevarlas al comerciante que os las vendió para su cambio. 

Sólo queda recordar que la pirotecnia que obligatoriamente tenemos que llevar a bordo no es un juguete sino más bien un peligro potencial, y que te pueden multar por llevar bengalas caducadas, aunque además lleves las reglamentarias dentro de su fecha útil. Sin embargo no es ilegal llevar bengalas de más, siempre que no estén caducadas. Lo pregunté en la Capitanía de Santander cuando entró en vigor el Real Decreto 339/2021, de 18 de mayo, por el que se regula el equipo de seguridad y de prevención de la contaminación de las embarcaciones de recreo. Previamente tenía que llevar 6 bengalas de mano, 6 con paracaídas y una señal fumígena flotante (un bote de humo), o sea, 13 en total, y con el nuevo Real Decreto sólo 3 de mano y 3 con paracaídas (6 en total). Como acababa de comprar toda la pirotecnia que exigía el Decreto anterior me encontré con un exceso de explosivos a bordo, y me aseguraron que eso no era una infracción.

Finalmente, recordar que es imprudente usar las caducadas por ejemplo para hacer prácticas con ellas. Hay que entregarlas al comerciante que te venda las nuevas, que se encarga de su retirada controlada en vehículos especialmente protegidos. Si queréis hacer prácticas con ellas os recomiendo hacerlas antes de que caduquen, en un lugar con los riesgos controlados, y usando guantes de cuero y gafas de seguridad.

Con cuidado, navegantes.


jueves, 19 de enero de 2023

La "otra" náutica.

 Hola navegantes.

Hace un año os hablé del velero que se estaba construyendo Jeff Bezos, el dueño de Amazon, que era tan grande que no cabía por debajo del puente de Rotterdam y quería desarmar el puente para poder llevar su velero al mar:

Clic aquí

Finalmente no lo permitieron y tuvo que pasar desarbolado, como todo quisque. Lo curioso es lo que se va sabiendo de ese velero: se llamará "Koru", tiene 127 metros de eslora y 16 de manga, y ha costado unos 500 millones de euros. Su altura es de 80 metros (por eso no cabía por el puente), necesitará una tripulación de 40 personas, y su coste anual de funcionamiento será de 20 a 25 millones de euros. Podrá acoger a 18 invitados (o sea, tendrá 18 camarotes).

Todos los veleros suelen llevar un "anexo" o bote más pequeño, normalmente una Zodiac inflable, para desembarcar y ayudar en las tareas de mantenimiento. El barco de acompañamiento del Koru se está construyendo también. Se llamará "Wingman", y es una motora de 75,25 metros de eslora por 12,60 de manga, y tendrá un helicóptero, un submarino, y varios coches, aparte de todos los juguetes de los megayates (motos de agua, tablas de surf, toboganes, equipos de buceo, y para amenizar la noche y no dejar dormir a los demás, luces festivaleras, proyecciones de laser al cielo y fuegos artificiales).

Alquien dijo que la única diferencia entre los adultos y los niños es el tamaño de sus juguetes, y en este caso es bien cierto ¡Madre mía!. Comparar en lo que se ha convertido la náutica con las navegaciones de Colón o Elcano (o con las de la mayoría de los mortales) es como comparar a San Pedro con su sucesor. ¡Qué tiempos!.

Con cuidado, navegantes.


jueves, 12 de enero de 2023

Despedida.

 Hola navegantes.

Mi padre era muy creyente, por eso esta dibucarta de despedida es sobre la silueta de Jesucristo. Que nadie vea una falta de respeto sino lo contrario. 

martes, 10 de enero de 2023

Un chaleco híbrido.

 Hola navegantes.

Hay varios tipos de chalecos salvavidas, y cuando te crees que ya está todo inventado hay alguien que tiene una idea genial que no se le había ocurrido a nadie. 

La primera clasificación los divide en los chalecos fijos y los inflables. Los fijos tienen una especie de espuma o porespán que es lo que les hace flotar. Son anteriores al cine sonoro, y aunque los han perfeccionado en su diseño, abultan mucho, son incómodos de llevar, te dificultan las maniobras, y por todo ello casi siempre van estibados en un arcón para cumplir con la legalidad (que exige llevarlos a bordo, pero no llevarlos puestos).

Los inflables abultan menos, y llevan una cámara de flotabilidad que se infla mediante un cartucho de CO2 comprimido. Tienen la ventaja de que casi no enteras de que lo llevas, y eso facilita el llevarlo puesto. A cambio, si te caes al agua inconsciente (lo más típico, por un papirotazo de la botavara) no puedes activar el disparador del cartucho, y el chaleco no se inflaría. Para evitar este gran inconveniente se diseñaron disparadores automáticos. Unos son mediante una cápsula de sal que se disuelve. Tienen el problema de que pueden dispararse en caso de lluvia torrencial, y de no poder aclarar el chaleco con agua dulce al volver a puerto. Otros mediante un sistema presostático, que se activa cuando ya estás en el agua y la presión de la columna de agua sobre el mecanismo lo dispara.

 

 Los inflables, más modernos, son los que ha experimentado más desarrollos técnicos, y los hay con balizas, enganche para la línea de vida, luz estroboscópica, capucha antirrociones, etc. Además sirven para otros usos, como colmatar una gran vía de agua (haciendo inflar el chaleco dentro de la grieta).

Entre sus inconvenientes figura el tener que pasar revisiones periódicas, normalmente mandándolos a la fábrica, que a veces son casi tan caras como comprar un chaleco nuevo de baja gama, y que pueden pincharse y entonces pierden toda su efectividad.

Con independencia de ser fijos o inflables, los chalecos se clasifican por su flotabilidad. Se expresa en Newtons ("N") y es la que marca la legislación, ya que según nos alejemos de la costa o según la zona de navegación para la que esté homologado nuestro barco, necesitaremos un mayor o menor índice de flotabilidad, sin que la legislación establezca preferencia por los fijos o los inflables:

  • 50 N ("ayudas a la flotabilidad"): para personas que saben nadar y para aguas interiores protegidas donde puede recibirse ayuda inmediata. No sirven para personas inconscientes pues no te colocan boca arriba. Utilizables en actividades de playa, piragüismo y vela ligera. 
  • 100 N: como los anteriores, para personas que saben nadar, y en aguas interiores y costas protegidas. La colocación boca arriba de una persona inconsciente depende mucho de la ropa que lleve. Homologados para las zonas de navegación 5, 6 y 7.
  • 150 N: los más utilizados en náutica de recreo, y son los necesarios para barcos que naveguen en alta mar. Aseguran el enderezamiento en 5 segundos. Sirven para casi todas las situaciones, pero no existe total seguridad de que pondrán boca arriba a personas inconscientes que lleven trajes pesados. Homologados para navegación en las zonas 2, 3 y 4.
  • 275 N: para alta mar y condiciones extremas, completa seguridad de quedar boca arriba en todos los casos. Homologados para la zona de navegación 1, es decir, para navegación de altura en condiciones duras, y llevando ropa de protección pesada. Están también destinados a trabajadores de plataformas petrolíferas, y debido a su volumen una vez inflados, dificultan notablemente el movimiento, siendo complicado nadar o subir por sus propios medios a una balsa salvavidas.

Pues en este variado panorama la empresa Secumar ha inventado un chaleco híbrido que ha recibido una mención especial de un jurado que ha valorado las innovaciones en materia de seguridad del año que ha finalizado. Se trata del chaleco "Furio", un híbrido de fijo e inflable.


 En condiciones estándar es un fijo de 50 N, pero si las condiciones después del accidente se degradan y aún no te han socorrido (o si has decidido ganar la costa a nado y te agotas sin alcanzarla) puedes activar manualmente la parte inflable del chaleco, ganando 110 N adicionales y quedando, por lo tanto, con un chaleco de 160 N que te hace flotar boca arriba. Como veis, un chaleco para todas las actividades de playa, piragüismo o vela ligera, con un plus de seguridad.

Con cuidado, navegantes.