Hola navegantes.
En diciembre de 2021 os conté que el Joshua, el famoso velero de Moitessier, había sido diagnosticado de diversas dolencias y que estaba en varadero desde octubre de 2019, esperando la financiación para restaurarlo, sin ninguna garantía de que se pudiese hacer:
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Pues al final ha sido posible y, con 60 años ya en la estela, está siendo sometido a una restauración a fondo, absoluta. El Corto Maltés tuvo el honor de estar abarloado a él en el verano de 2018, durante nuestra vuelta a Francia:
Os recuerdo que Moitessier naufragó con él en Mexico en 1982 durante un ciclón, y falto de fuerzas por su edad, y de ánimos, se lo regaló a unos chicos que le habían ayudado a rescatarlo. Aquí podéis verle, flaco como una oblea y desesperado, junto a su barco destrozado en México:
Más adelante lo adquirió el Museo Marítimo de La Rochelle, donde se conserva, aún navegando, como monumento histórico.
Pero los años han hecho mella en su estructura, y este invierno se han metido con la tarea de su reconstrucción total. Esto ha significado vaciarlo entero de sus muebles, electricidad, electrónica... todo. Lo han dejado en el acero mondo y lirondo. Verlo así te duele como una herida, porque parece un pecio:
Especialmente han tenido que recortar el casco en la zona de estribor donde quedó varado en el ciclón de México, que desde entonces no se había restaurado, sólo desabollado:
Y otras partes del casco también han tenido que sustituirse, al estar corroidas y/o muy adelgazadas:
De los fondos se han extraido tuercas, cadenas y tornillos que en los años 50 se usaban como lastre en los veleros, y se han sustituido por materiales más modernos y que no se deslicen con las olas, lo que contribuye al deterioro de las chapas de acero. Concretamente por plomo fundido y cemento.
Ahora van a comenzar con la rehabilitación de los interiores, respetando aquí lo más posible los elementos originales, que son la herencia del gusto particular de Moitessier. Por ejemplo la mesa del salón, con la rosa de los vientos barnizada
su antigua cocina:
o el timón interior mirando a la popa en vez de a la proa, para ver venir las tremendas olas del hemisferio austral, que siempre te alcanzan por la popa y sin embargo, en aquellas latitudes, donde ya nadie navega, no tienes ningún peligro por la proa. La rueda estaba quitada cuando lo visitamos nosotros, pero es ese engranaje arriba a la derecha del que salen dos guardines:
Espero que todo se desarrolle bien y este verano podamos volver a verle todo reluciente en La Rochelle cuando naveguemos a Londres.
Con cuidado, navegantes.