Hola navegantes.
Hace cinco años hicimos una ducha en el Corto Maltés, con lo que posiblemente es el único velero de 6 metros del mundo con ducha. Para no daros la tabarra podéis recordar los detalles aquí:
El paso final era evacuar el agua del plato a través de la palangana que hace funciones de lavabo, por la pila de fregar. Para ponerlo aún más cómodo, y siempre sin tener que hacer un nuevo pasacascos que es lo que queremos evitar, ahora hemos derivado el desagüe directamente al mar a través del pozo de la orza.
Nuestro Tonic 23 es el de versión orza abatible, y para recogerla tiene un aparejillo que termina sacando un cabo al interior de la camareta, por una polea. Ese cabo tiene una holgura dentro del agujero por el que pasa, y se nos ocurrió derivar allí el desagüe, que vertería directamente al mar dentro de la caja de la orza.
La ñapa ha sido bien sencilla. Hemos conectado el grifo que vacía el plato a un tubo de plástico, que debidamente escondido por la sentina termina pasando por debajo de la polea del cabo de la orza, y de allí al mar.
Como el tubo es flexible y está un poco acodado, él solo se mantiene dentro de la caja de la orza sin sujeción, y no interfiere con el movimiento de la misma.
Este nuevo desagüe tiene las ventajas del anterior: poder ducharte dentro del barco sin tener que hacerlo en la bañera, para no tener que exhibirte desnudo en los puertos donde te dan atraque en plena batahola del paseo marítimo, o debajo de los balcones de las casas del puerto, y no tener que salir a la bañera ni para vaciar el agua sucia. Pero además nos ha permitido ganar la palangana como espacio de estiba (antes había que tenerla siempre vacía para usar la ducha). Al ser de plástico y fácil de limpiar, posiblemente la usemos como frutero, y como segundo reservorio para los frigolines cuando tenemos que sacar algunos de la neverita por falta de espacio, o para los hielos que sobran de una bolsa (hasta ahora teníamos que tirarlos porque al derretirse son un cristo). La palangana del lavabo será una especie de segunda neverita de hielos, de reserva.
Ya estamos deseando probarlo. Nuestra siguiente navegación larga será posiblemente a Londres, y por esas tierras lluviosas apetece poco lavarse en el mar.
Con cuidado, navegantes.
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