Hola navegantes.
Durante toda la ascensión por el Cap Corse, que es el cabo en forma de dedo que configura el Norte de la isla, tuvimos a nuestra derecha unas vistas preciosas del archipiélago toscano, y concretamente de la isla de Capraia, la más cercana.
En ella estuvimos en la navegación a Elba con el Corto Maltés, nos encantó, y lógicamente desde ella veíamos Córcega y estuvimos tentados de dar un golpe de timón y venir a conocer Córcega con el Corto Maltés. Finalmente no lo hicimos por falta de tiempo.
Un poco más adelante llegamos a la punta del Cap Corse, y en realidad Córcega termina allí con una isla, la Isla Giraglia, donde está instalado el faro que sirve de señal de recalada para los que vienen navegando desde el Continente.
Ahora fijaos en el tamaño de algunas de las defensas que utilizan cuando soplan los temporales:
Porticciolo es uno de los puertecitos de la costa Este de Cap Corse. Antiguamente, en el siglo XIX, tuvo hasta un astillero donde se construyeron barcos hasta de 150 toneladas, y llegó a ser el 4º puerto comercial y el tercer puerto pesquero de Córcega. Luego vino a menos y ahora sólo hay sitio para unas pocas barcas de pesca:
Pues fijaos lo que prohíben:
"Prohibido tirar piedras al puerto". ¿Les dará miedo que las piedras disminuyan más el calado?. Aunque parezca una tontería, también en algunos volcanes, como el Teide, está prohibido llevarse piedras. Si la razón es que la montaña no pierda altura, es aún más tonto que lo de Porticciolo.
Las antiguas cabinas de teléfonos las han convertido en intercambiadores de libros. Lo pongo como tema náutico porque por Córcega se mueven muchos navegantes franceses, y a veces dejan allí las revistas náuticas atrasadas.
Y esta es una campaña que también hemos visto en Francia continental: cerca de las alcantarillas ponen el cartel que dice: "Aquí comienza el mar. No tires nada", para recordarte que lo que pase por la rejilla acaba en el mar:
Y lo hemos visto hasta en ciudades del interior, muy lejos de la costa.
Finalmente, otro barco destrozado por el temporal, del que se aprende algo. Es un catamarán enorme de esos cuyo precio te marea, que se fue contra las rocas en Cargese:
Tiene en cada casco una agujero como de 3 metros y el barco es imposible de recuperar:
El diagnóstico de lo que pasó es fácil al darse una vuelta alrededor, porque es un fallo de libro:
Un cabo de la misma embarcación (se sabe por el tipo y el color) se trabó en la hélice y le dejó sin propulsión en el peor momento. Es muy habitual que cuando las condiciones se degradan se te líen las velas, se quede alguna driza o alguna escota por el agua, arranques el motor para salir del paso, la hélice se trabe con un cabo sumergido, se bloquee y te encuentres sin propulsión, ni vela ni motor. A merced del viento, acabas sobre las rocas. Nunca hay que arrancar el motor antes de haber subido a bordo toda la cabullería.
Con cuidado, navegantes.
Te felicito. Tu articulo de hoy, me ha encantado. Un abrazo desde Suecia
ResponderEliminarLo de las cabinas reconvertidas en bibliotecas lo vimos tambien en la isla nudista de la costa azul, es muy buena idea, no se porque no se hace mas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es verdad. Y en otros sitios de Francia hemos visto "frigobiblios". Se trata de un frigorífico viejo que, de acuerdo con las autoridades, se deja en la calle adecuadamente señalizado para lo mismo, el intercambio de libros. Sin ningún otro trámite puedes coger o dejar un libro. Cualquier cosa con tal de que no desaparezca la costumbre de leer el papel
ResponderEliminar