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martes, 30 de agosto de 2022

El peligro, detrás.

 Hola navegantes.

Ayer terminaba diciendo que en los ríos y canales el peligro estaba detrás, y es lo que voy a contaros hoy.

En el mar cualquier barco que alcanza a otro tiene obligación de apartarse, y de adelantarle dando un resguardo suficiente, que suele ser de cientos de metros, o incluso de varias millas. Allí los horizontes son casi infinitos, mirando los 360 grados columbras cualquier mercante que se te acerque desde lejísimos y entonces estás pendiente de él, y no hay ninguna necesidad de arrimarse, por lo que casi nadie lo hace. Entre eso, y que para no desviar el rumbo los del velero tenemos que centrar la atención en algún punto por la proa, nos acostumbramos a navegar largos periodos mirando solo hacia delante.

Pero en los ríos y canales se dan varias circunstancias:

1. Que el espacio es muy limitado, a veces 10 o 20 metros de orilla a orilla.

2. Que ese espacio limitado lo compartimos barcos de muy diferente tamaño, desde veleros de 6 metros como el Corto Maltés, a gabarras de carga o ferries de hasta 200 metros de eslora, el tamaño máximo de las esclusas.

3. Que al ir desarbolados navegamos a motor, y el ruido del motor, al que no estamos acostumbrados en el velero, nos impide escuchar lo que nos viene por detrás.

4. Que todos los usuarios del río van más deprisa que nosotros, por lo que no paran de llegarnos esos monstruos por la popa.

5. Que como el río está lleno de recodos y meandros, los horizontes son muy limitados y el barcarrón puede aparecerte de repente.

5. Que suelen dar el bocinazo para que nos apartemos cuando ya los tenemos encima, y entonces vuelves la cabeza y casi te quedas paralizado entre un  latido y otro al ver lo que tienes en la popa.

6. Y como peculiaridad nuestra, que nos da tanta pena desaprovechar un viento portante que cuando lo hay intentamos aprovecharlo con el paraguas o la sombrilla, lo que nos bloquea parcialmente la visión por la popa.


Por eso siempre que pasó el timón a mi tripulante en la navegación fluvial le insisto en que cada 5 ó 10 minutos mire para atrás y esté dispuesto a la maniobra para apartarse, porque lógicamente esos que nos asustan tienen preferencia.

Con cuidado, navegantes.

2 comentarios:

  1. Dices cosas de mucho sentido común, de forma sencilla. Pones al lector claramente en situación y lo vive como si hubiera navegado. Muy interesante

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  2. Gracias. Me gusta sistematizar las cosas que voy aprendiendo y compartirlas. Un saludo y gracias por seguir el blog.

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