Hola navegantes.
Ante el problema de los ataques de las orcas a los veleros, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico plantea sus propias acciones, que como siempre en la Administración son lentas y comienzan tarde.
En marzo de 2022 ha sacado el "PLIEGO DE PRESCRIPCIONES TÉCNICAS PARA LA CONTRATACIÓN DE LOS SERVICIOS PARA EL
DESARROLLO DE UNA ACCIÓN DEMOSTRATIVA PARA EL TESTADO DE TÉCNICAS CON EL FIN
DE MINIMIZAR LOS EPISODIOS DE INTERACCIÓN DE ORCAS CON VELEROS, EN EL MARCO DEL
PROYECTO LIFE-IP-PAF INTEMARES (LIFE 15 IPE ES 012) Gestión integrada, innovadora y
participativa de la Red Natura 2000 en el medio marino español", que para el que tenga interés adjunto entero (son 16 folios):
Si fuera un libro, ese título ocuparía toda la primera página, superando con creces la habitual forma de escribir, barroca y retorcida, típica de la Administración. Lo que plantea es un concurso para que quien esté interesado presente un proyecto para experimentar en el Estrecho de Gibraltar distintas técnicas de repeler a las orcas. Entre otras las siguientes:
- Seguir navegando como si nada.
- Acelerar.
- Apagar el motor y quedarse parado.
- Dar marcha atrás.
- Usar repelentes sonoros (pingers).
- Usar grabaciones de calderones comunes. Se basa en que se han observado persecuciones de los calderones a las orcas, expulsándolas incluso de sus zonas de caza.
- Cambiar el color del timón.
Aunque en teoría es lo que todos pedimos, un estudio experimental que compruebe la eficacia de los métodos en vez de hacerlos a ciegas, lo malo es la infinitud de los plazos, pues pueden alargarse hasta diciembre de 2023, y que se lance ahora cuando el problema existe desde hace 3 años. Y que no se contempla uno de los métodos propuestos por los biólogos, el marcado con emisores de los individuos agresores (que se sostiene que son sólo cuatro ejemplares, de la misma familia) para saber dónde están y avisar a los navegantes del peligro, igual que se nos avisa de cualquier objeto peligroso en el mar, como un contenedor flotante u otros.
Además el mismo Ministerio, en respuesta a una pregunta de la RYA (Royal Yachting Association) recuerda que las leyes españolas prohíben en nuestras aguas territoriales cualquier acción que moleste a las orcas, como las hélices en marcha atrás en dirección a las orcas, los dispositivos sonoros para asustarlas, las bengalas y por supuesto el vertido de gasoil o gasolina al mar. Por ejemplo, lesionar a una orca con la hélice conlleva una multa de 3.000 euros. Supongo que la respuesta se refiere a las actividades de observación de cetáceos, porque cuando un barco está en peligro (y cuando una orca te muerde el timón es evidente que lo está) la primera obligación del capitán es garantizar la seguridad del barco y de las personas embarcadas, con cualquier medio.
Espero que hasta que se obtengan los resultados, se analicen y se trasladen a la legislación y las recomendaciones no se haya producido un hundimiento, y los familiares de ningún marinero hayan tenido que refugiar su desgracia en el rosario.
Con cuidado, navegantes.
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