Hola navegantes.
Hoy salimos de Santander hacia el oeste sin destino fijo, y hemos llegado hasta Llanes. Desde Santander nos agarró un Nordeste de fuerza 5 que nos ha permitido venir a rumbo directo, como si fuéramos en una motora. 48 millas en 8 horas, lo que significa 6 nudos DE PROMEDIO, o sea que muchas veces hemos pasado de 7-8 nudos. Todo con un día soleado, eso sí con olas de 2 metros que nos zarandeaban a voluntad. Hemos venido con la mayor y el génova casi todo el día en orejas de burro.
En el puerto no contestaban ni por la radio ni por el teléfono, estaba todo cerrado por ser sábado y porque creo que hay un partido de fútbol de los importantes. Como ya lo conocemos de otros viajes, nos hemos quedado en el pantalán de visitantes, entrando a babor, justo tras las nuevas compuertas que permiten cerrar la ría cuando hay temporal, y mantener el calado suficiente en el interior para que los barcos no se queden en seco en bajamar, como pasaba antes.
Hemos ido a ver la escollera de Llanes con los cubos de hormigón pintados por Agustín Ibarrola, que se han convertido en un icono de Llanes.
Tan icono, que tienen forma de cubo inclinado hasta el edificio del club marítimo:
Las vallas:
Y hasta los adornos para la pulsera de Pandora. Además recorrimos todos los otros sitios preciosos que tiene la costa de Llanes.
Por el camino, en un golpe de botavara con una ola se rompió el tope del carro de la escota de la mayor.
El del otro lado se nos había roto en Ribadeo, precisamente en nuestro anterior viaje a Galicia. Como ya no se encuentran por la vejera del barco, lo hemos arreglado igual que el anterior, y ahora por lo menos ha quedado simétrico.
Hasta mañana, navegantes.
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