Hola navegantes.
El 13 de mayo se celebra cada año el Día del Niño Hospitalizado. Una fecha especial para rendir homenaje a los niños y adolescentes enfermos de cáncer. Mi modesta aportación es compartir este poema lleno de esperanza a una de nuestras grumetillas de vela, que pudo con la leucemia, y ahora es una joven adulta e independiente, y sí, posiblemente feliz. Está elegido del libro "La sonrisa de Mikel. Dibupoemas de supervivencia".
Ya callaste una vez
a la Señora Flaca,
ahora disfruta de la vida, Sara,
hasta la resaca.
Con tu fuerza infantil,
y con tus musculitos,
tú callaste a la vieja
que te llamaba a gritos.
Callaste la llamada
fría del bisturí
(yo no pude callar la de la moto
de mi hermano en Madrid
aquella noche de hielo
que le perdí).
No fueron los sueros
ni las transfusiones,
ni las radiografías,
ni las operaciones,
ni las mil fechorías
bajo los edredones
quienes silenciaron a la vieja
de los ojos saltones.
Sé que la callaste tú,
la niña de los huesitos,
la luz tibia del pasillo
de los calvitos.
Tú pudiste una vez
con la Cariacontecida,
cuando se ensañaba contigo
impidiéndote la huida,
y saliste de sus fauces
como reverdecida.
Como preparada para vivir
a partir de ahora
sin volver a pensar
en la Señora,
concentrando una vida
en cada hora
como un río crecido
en una cantimplora.
Concentra en una tarde
de verano
el dolor superado
y el placer cotidiano,
contempla los colores del océano
desde algún altozano
y fluye con el río de la vida
si quieres, de mi mano.
Y ahora cada fiebre, cada medicación,
cada recuerdo de lo que te pasara,
cada sombra que quiera
amargar tu infancia clara,
cada mal pensamiento,
cada mal augurio, Sara,
puedes olvidarlo conmigo
si quieres, bajo la botavara.
Y aquí el dibupoema (clic encima para verlo mejor). Se empieza a leer en la parte
izquierda del cuerpo, debajo del cuchillo:
Si os gusta, os recuerdo que una parte de los beneficios del libro se dedica
a la lucha contra el cáncer infantil.
Precioso.
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