Hola navegantes.
Kenichi Horie es un navegante japonés lleno de historia. En 1962, con 23 años, cruzó el Pacífico de Japón a San Francisco en un velero de 5,8 metros, el "Mermaid", que actualmente está expuesto en el museo marítimo de San Francisco. Lo hizo en solitario, sin dinero ni pasaporte, y sin saber qué haría al llegar. Invirtió en el barco todos sus ahorros, abandonó sus estudios y discutió con sus padres. Al llegar, después de 94 días en el mar, no tardó en ser arrestado por no tener pasaporte, pero luego, al conocerse su aventura, fue recibido con los brazos abiertos y ganó notoriedad tanto en EEUU como en Japón. Escribió un libro y luego se filmó una película con su historia, "Solo en el Pacífico" (1963).
Luego dio dos vueltas al mundo, una en 1974 en solitario y sin escalas, y otra entre 1978 y 1982 con escalas y por los trópicos.
En 1982 navegó de Hawai a Japón en un minibarco movido exclusivamente por energía solar:
En 1989 hizo la ruta contraria a su primera travesía, es decir, de San Francisco a Japón, en un mini-mini-velero de 2,80 metros (¡qué bestia!).
Entre 1992 y 1993 navegó de Hawaii a Japón en un pedalo (!), o sea que el francés que os conté en la entrada de 4-12-21 no ha sido el único en cruzar un océano en pedalo.
En 1996 navegó de Salinas, en Ecuador, a Tokio en un barco hecho con latas de aluminio recicladas y movido por energía solar. Fueron 10.000 millas en 148 días, y entró en el libro Guiness de los récords por ser la travesía más rápida de un océano movido por energía solar.
En 1999 volvió a atravesar el Pacífico de San Francisco a Japón, esta vez en un catamarán de 10 metros hecho completamente con materiales reciclados, y en 2002 otra vez de Japón a San Francisco en una réplica de su primer barco, el "Mermaid", en el que hasta las velas estaban hechas con materiales reciclados.
En 2008 construyó un catamarán de 9,5 metros de eslora que se movía exclusivamente por la energía de las olas. En la proa tenía algo parecido a tres orzas verticales, unidas por unos alerones o "flaps" horizontales, que aprovechaban la fuerza de las olas para hacer avanzar al barco:
Con ese original engendro ¿os imagináis la ruta que hizo?. En efecto, de Hawai a Japón, en más de tres meses, a la increíble velocidad de 1,5 nudos. Pero demostró que se podía hacer avanzar a un barco sólo por la energía de las olas. Yo calculé que en la vuelta a Italia el Corto Maltés había cogido 3 millones de olas. Imaginaos que en vez de frenarnos nos hubieran ayudado a progresar. Una idea genial.
Bueno, pues no contento con todo su currículum, ahora quiere repetir la travesía de San Francisco a Japón en un velero más "grande", de 18 pies (cinco metros y medio) bautizado como "Suntory Mermaid III". ¿Cuál va a ser ahora la originalidad del viaje?. Pues su edad, porque ya tiene 83 años:
Y dice que seguirá navegando hasta los 100 años... si llega a cumplirlos. Este tío cruza el Pacífico entre Japón y San Francisco como nosotros la parada de Metro de Pacífico entre Menéndez Pelayo y Puente de Vallecas, lo que demuestra (aparte de que aún no se ha dado de baja de Superman) que en la vela la edad no es un hándicap. Le deseamos la mejor suerte del mundo.
Con cuidado, navegantes.
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