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jueves, 16 de diciembre de 2021

¿Airbag en los barcos para evitar su hundimiento?.

 Hola navegantes.

A veces me lo han preguntado: igual que hay airbag en los coches, ¿por qué no hacer uno para los barcos que se dispare cuando empiezan a hundirse?. 

Pues sí, ya se intentó, y precisamente en los barcos Tonic 23, como el Corto Maltés. Era el modelo de velero de crucero de la famosa escuela de vela Glénans, en los años 80 y 90. La escuela está situada en un archipiélago del mismo nombre que visitamos en la vuelta a Francia (entradas de 15-6-18 y 5-11-18). Hacían muchas mejoras a sus barcos, y una de las que probaron era el airbag. Se basaba en unos bombonas a presión, unas  cámaras de flotabilidad inflables disimuladas en distintos espacios del barco, y un sistema de disparo automático, parecido al de los chalecos salvavidas autoinflables. 

De hecho en España se comercializó uno en los años 90, con el nombre de Boatsaver, por parte de una empresa de San Sebastián. Consistía en unas bombonas enormes, ya que el volumen de los inflables tenía que ser muy grande para evitar el hundimiento: 

Como veis, las bombonas anulaban por lo menos uno de los compartimentos bajo los asientos. Luego había que situar los inflables plegados en bolsas, en sitios estratégicos que hicieran flotar al  barco derecho y, sobre todo, que no interrumpieran los movimientos en el interior del barco. El sistema, después de inflado, prácticamente ocupaba todo el interior de la camareta.

 Este era el sistema de instalación fija, permanente, y de disparo automático. Además había un Boatsaver portátil, de disparo manual, no automático, que iba todo en una bolsa como las de deportes grandes, y podías llevártelo a casa después de navegar:

 

 Que yo sepa, el sistema no tuvo éxito y creo que dejó de ofrecerse comercialmente. Se me ocurren varias razones:

  • Lo complejo de su instalación y la necesidad de revisiones periódicas, como las balsas salvavidas.
  • El riesgo de aprisionar a un tripulante cuando se inflase, impedirle salir y provocar su ahogamiento. Incluso ahogarle directamente al impedirle respirar si le aprisionase contra un mamparo, por ejemplo si el airbag se inflase estando en la cama. La situación es muy distinta en los coches, donde el airbag se infla y en pocos segundos se desinfla (cuando ha parado el golpe) para no impedir la salida del vehículo. En el barco tiene que seguir inflado de forma permanente para que no se hunda, y si atrapa a una persona dentro puede ahogarla.
  • Con el sistema portátil, cuya instalación no se controlaba por un inspector, que los inflables estuvieran mal trincados o mal posicionados, o se disparase sin haberlos colocado en su sitio, y el barco flotara pero en mala posición, por ejemplo de lado o boca abajo.
  • La dificultad o la imposibilidad, una vez inflado, de acceder al sitio del casco donde está la vía de agua para intentar colmatarla. 
  • La posibilidad de que el sistema se disparase  por cualquier pérdida de agua, incluso las procedentes del interior (los depósitos de agua dulce del barco, por ejemplo si se rompe un grifo) una situación que no es peligrosa en absoluto para el barco.
  • La cantidad de espacio de estiba que se perdía en un velero de crucero pequeño.

 No sé si fueron esas las razones, pero el hecho cierto es que hace muchos años que no veo un producto de este tipo en los catálogos náuticos. A lo mejor las nuevas tecnologías permiten una modernización y volvemos a verlo.

Con cuidado, navegantes.

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