Hola navegantes.
En las entradas de 11 y 23 de noviembre de 2019 os hablé de los drones que navegan. Son embarcaciones no tripuladas, como los drones que vuelan, manejadas a distancia, con la salvedad de que los que navegan no son chiquititos sino auténticos barcos. Algunos miden 7 metros de eslora (más que el Corto Maltés) menos de un metro de manga, calan 2,5 metros y su desplazamiento es de 750 Kg. Pueden navegar a más de 8 nudos y ya los hay por todos los Océanos, para hacer estudios meteorológicos y oceanográficos: han hecho travesías oceánicas, han dado la vuelta a la Antártida, y van a empezar a utilizarlos en rutas costeras, donde cada vez será más probable que colisionen con otros barcos. Y como veis en la foto, al no ir tripulados los hacen muy finos, y parecen más un torpedo que un barco. Imaginaos al de la foto yendo a rumbo de colisión contigo, a 8 nudos y sin nadie dentro. Y están proyectando unidades más grandes.
Como tantas veces en la vida, la realidad fue por delante de la legislación y durante unos años la falta de regulación permitió situaciones absurdas, como esta. Pasó lo mismo con las motos de agua, el casco en los quads, las "motos" de tres ruedas, los "coches" que en realidad eran "ciclomotores" (los de matrícula amarilla) o los patinetes eléctricos.
Para intentar resolverlo, Francia ha sido el primer país del mundo en establecer una regulación, que de momento es experimental y con una duración de dos años. Estos drones estarán sometidos a unas limitaciones en su tamaño, deberán llevar el pabellón de un país, una matrícula y un seguro de responsabilidad civil. Estarán sometidos al Reglamento Internacional de Prevención de Abordajes en el Mar, incluyendo la vigilancia visual y auditiva permanente, aunque sea a distancia. El piloto que le maneje a distancia deberá estar en posesión del mismo título náutico que se le exigiría si estuviera embarcado, y será considerado responsable de la navegación y los eventuales accidentes como cualquier comandante de un navío ordinario.
Es una tranquilidad que estos "barcos" empiecen a regularse y no te veas hundido por uno de ellos y no saber, si te salvas, a quién denunciar.
Con cuidado, navegantes.
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