Hola navegantes.
Aprovechando un viaje a Madrid he pasado por la librería Robinson a recoger el libro con la cartografía del río Po y sus canales. Aprovecho para deciros que considero esta librería una de las mejores del país en lo que se refiere a literatura náutica. Primero me localizaron la guía necesaria, que yo no encontraba ni por internet, y como no la tenían en existencias me la encargaron a Italia. Gracias, Juan.
Nada más empezar a leer me encuentro algunas sorpresas. La primera, que el río y sus canales tienen un balizamiento propio, distintos del que estudiamos en el CEVNI (es el permiso de navegación fluvial). Cuesta creer que con los años que hace que se homologaron las señales fluviales en Europa, algunas vías de navegación no hayan adaptado las suyas todavía. En el Po y sus canales se basan sobre todo en los triángulos rojos y blancos:
No voy a aburriros con los detalles, pero en un vistazo rápido podéis ver, abajo, que las de babor y estribor, en vez de rojas y verdes y con una marca de un rectángulo o un triángulo arriba, son rojas y blancas y con un rombo o una especie de espátula arriba. Muy originales, aunque ya veréis que son superadas por las de las laguna de Venecia, que son a base de estacas, y que os contaré otro día.
También me ha sorprendido encontrar la información del vano de los puentes pero no el calado de los canales, y que no informen de la existencia de grúas para arbolar y desarbolar. Por cierto, el vano de los puentes es de 4-5 metros, por lo que obviamente hay que desarbolar.
Ello me hace sospechar que esa vía fluvial no es utilizada por los veleros, lo que no es extraño pues no conduce a ninguna parte, al contrario que el Canal de Midi. Al ser un río y unos canales que terminan en una vía muerta no tiene mucho sentido meterse por allí con un velero, como intento hacer yo para cerrar lo más posible la vuelta a Italia. Es lo que más me gusta de mi velero de orza abatible, que vas con él al fin del mundo y, lo que es mejor todavía, vuelves, aunque sea en un camión. Si finalmente acabo con el Corto Maltés por esas aguas os contaré si estoy en lo cierto. Lo que no cabe duda es que me queda un buen número de gestiones telefónicas para aclarar estos extremos, y para encontrar un lugar donde me pueda recoger el camión que me devolverá a Santander.
Otra sorpresa es que la última esclusa antes de Mantova está en obras y cerrada, por lo que no sé si podré llegar hasta esa ciudad por los canales. Hay una vía alternativa que es bajar al propio río Mincio, un afluente del Po, y por él a Mantova, pero la navegación por el propio río es más arriesgada, por los bajos, que cambian cada año, los arenales, la propia corriente del río (que no existe en los canales) y la diferencia del nivel de agua según la meteorología (periodos de sequía o al revés, crecidas). Es otro detalle que tendré que aclarar.
Finalmente, me ha llamado la atención que las esclusas son de las grandes, de 100 o 200 metros, por lo que es de suponer que nos encontraremos mucho tráfico de gabarras de carga. ¡Qué ganas!.
Con cuidado, navegantes.
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