Después de tener que anular la vuelta a Italia y 3 meses de confinamiento, había muchas ganas de navegar, y los primeros días en que se podía hizo malísimo. Así que ayer no aguantamos más y nos hicimos una navegadita. Como Cantabria es pequeña y no podemos salir de la Comunidad Autónoma nos vinimos a Suances, el primer puerto por el oeste.
El tiempo fue de perros, con viento de cara, del oeste, chubascos y las olas que no paraban de hacernos dar pantocazos. Al tener que dar bordos, las 11 millas en línea recta se transformaron en 23, que nos hicimos en 7 horas. Aquí el trak:
La entrada a Suances tiene una barra de arena de los sedimentos del río, como todos los ríos, y hay que entrar en pleamar y sin efecto de viento contra corriente, porque en esas condiciones se vuelve muy peligrosa:
Nos quedamos en el puerto pesquero donde hemos pasado una noche maravillosa, a refugio de lo que soplaba fuera.
Por la mañana vamos a remontar la ría aprovechando la marea, y al mediodía saldremos de la ría en pleamar para volver a Santander, esperamos que esta vez a rumbo directo y con el viento por la aleta, porque sigue soplando del oeste.
Con cuidado, navegantes.
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