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viernes, 12 de junio de 2020

Dibupoema Elegía de una tarde de enero (Ligio Vizardi).


Elegía de una tarde de enero (Ligio Vizardi).

Tantas rosas había
que apenas entre pétalos tu rostro se veía.
Tus manos se entregaban, en lasitud inerte,
a un lánguido deseo de acariciar la muerte.

Un viejo crucifijo, sobre tu corazón,
vertía su cansancio como una bendición.
Tu pobre madre era la Mater Dolorosa,
la María piadosa
de un calvario sin palmas y sin resurrección.
Tus hermanas lloraban con desesperación.

Y antes de que te fueras, antes que el ataúd
encerrara por siempre tu frágil juventud,
yo me acerqué despacio, pobre adorada mía,
y puse el beso último sobre tu frente fría.

Y luego te llevamos a una iglesia sencilla
de esas donde la fe es lo único que brilla,
e incensaron tu féretro bajo el místico estruendo
de una liturgia antigua que yo apenas comprendo.

Después la tarde pálida y enferma de misterio
nos vio sobre el camino de un viejo cementerio.

En los ojos de aquel atardecer de enero
como perdida lágrima tembló el primer lucero.
Ya el luto de la noche envolvía el poniente,
y entonces te enterraron con mi beso en la frente.


Y aquí el dibupoema (clic encima para leerlo mejor): 


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