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sábado, 4 de abril de 2020

Dibupoema "La vida sin ella" (este también es mío).

Está dedicado a una de nuestras grumetillas que falleció a los 6 años, dirigiéndome a sus padres. Se lee mejor con el teléfono en horizontal.


La vida sin ella (Álvaro González de Aledo).

¿Cómo seguir viviendo al lado de una niña que pronto va a morirse?.
¿Cómo convivir con el dolor por una hijita pequeña que va a irse?.

¿Cómo respirar, peinarse, comer, hacer la digestión, cómo lavarse
si toda la vida se licúa en llanto sólo con pensar en separarse?.

¿Cómo coger el sueño si su destino es una moneda echada al aire?.
¿Cómo pensar en nada que no sea ella sin hacerle un patético desaire?.

¿Cómo imaginarse nada que se parezca remotamente a un futuro
sin que se te aparezcan acueductos, vías de tren o dosis de cianuro?.

¿Cómo atender los  mimos, las caricias que te piden los ojos de su hermana
 si no consigues verlos con la oscuridad que se te amontona en la ventana?.

¿Cómo decir algo que parezca sólo un poco cariñoso a tu pareja
si viene la de la nariz con curvas a retorcerte otra vez  la oreja?.

¿Cómo grabar en la memoria la vida de una niña que fue sólo un apenas:
seis añitos, un Ratoncito Pérez… y enseguida en las fauces de las hienas?.

¿Cómo asumir que no te alegrarás con su cola y su anillo de pedida,
que nunca la verás disfrutando, enamorada, de la miel de la vida?.

¿Y cómo que nunca la verás sonriéndole a un rubio grumetillo
contándole cómo casi dejó, de pequeña, vuestro escenario de bolsillo?.

Muchas,  muchísimas preguntas esperando que un listo las responda.
Yo sólo lloraré en silencio mirando sus fotos con la cabeza monda.

Y especialmente la del barco de la Guardia Civil con el paraguas rosa,
el día que creímos que le había dejado en paz, por fin, La Lastimosa.

Y ahora el dibupoema (dar clic encima):




3 comentarios:

  1. Álvaro, creo que no hay ninguna respuesta válida a todos esos cómos. Sobre todo porque afectan a niños, y son esos niños los que nos dejan, o al menos a mí me dejan, una profunda herida en el alma, de la que manan lagrimas como para llenar nuestra querida mar...

    Paco.

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  2. Eso mismo siento yo, claro. Gracias, Paco.

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  3. Hola Alvaro,

    Es conmovedor. Un abrazo y adelante con la maravillosa labor que haces.

    Pablo (Madrid)

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