En Navia patatas a la riojana.

Hoy salimos de Candás con intención de doblar el Cabo Peñas y llegar a Ribadeo (por cierto, al final dormimos en el pantalán de visitantes). Antes de salir tuvimos que subir al palo para recuperar la
driza del espi, lo que hicimos sin novedades.

La primera parte de la navegación fué con una niebla espesa que no dejaba ver a más de una milla. Pasamos cerca de la superboya amarilla del cabo sin verla (en Asturias estamos viendo muchas superboyas amarillas, con luces de mucho alcance, unas 4 millas, a la entrada de las rías o marcando los cabos). A media mañana se despejó y empezó a lucir el sol, a la vez que aumentaba la fuerza del nordeste, llegando a fuerza 5-6 como ayer. Para aprovecharlo mejor hicimos una reparación provisional del espí, que no solo duró perfectamente sino que nos ha permitido surfear algunas olas a 10,8 nudos (esto voy a tener que jurarlo, pero es la verdad).

Por el camino se hizo evidente que Ribadeo estaba muy lejos a pesar de la buena marcha, y habríamos llegado a las 21 horas, y no habría dado tiempo a llevar el espí a la velería. Como además Jorge, de La Taberna del Puerto, y el propio velero, son de Navia, decidimos dirigirnos a Navia, donde llegamos a las 17 h. Navia tiene también pantalán de visitantes gratuito (aunque sin agua ni luz), y allí nos esperaba Jorge, que amablemente nos llevó el espí y nos lo recogió reparado unas horas después, listo para seguir la travesía. Gracias Jorge.

Navia tiene una entrada parecida a la de Suances, protegida por dos espigones y con un banco de arena peligroso que están dragando. El de babor tiene un paseo peatonal elevado sobre pilotes separando una zona de marisma preciosa. Al acabar el paseo cenamos unas deliciosas patatas a la riojana hechas por Luis en la olla.

Mañana desayunaremos con Jorge, que también nos ha recongelado los frigolines, y saldremos rumbo a Burela o Viveiro, según la meteorología.