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martes, 3 de diciembre de 2024

A Venecia sin lujos.

Hola navegantes. 

 El astillero Wally está promocionando su nueva motora Wallywhy 100 en Venecia:

Como veis es una especie de apartamento flotante, de 21 metros de eslora y un precio el modelo base de 3,8 millones de euros:


 ¡Lo que daría por verle buscando atraque para ese autobús en las marinas de la laguna de Venecia, y salir maldiciendo porque no cabe en ninguna!.  Porque todo tiene sus inconvenientes, como dijo uno que al poco de fallecer su suegra le presentaron la factura del entierro. ¿Cómo explicarles que se puede llegar a Venecia desde Santander en un 23 pies que cuesta alrededor de 8.000 euros, y posiblemente ser más felices que los de la motorona y disfrutar mejor de las vacaciones?.

 

 Con cuidado, navegantes.


lunes, 2 de diciembre de 2024

A CARLOS PELLÓN, IN MEMORIAM.

(En el móvil poner la pantalla horizontal).


A CARLOS PELLÓN, IN MEMORIAM.


Mi amigo navegante al final se ha muerto solo.
Ya llevaba algunos años sin querer que se le viera,
y al hacerse viejo usó un extraño protocolo
para esperar sin testigos a la vieja Lastimera.

Primero se encerró en su casa de la playa
sin aceptar ni visitas, ni ayudas, ni favores,
y al final en una triste residencia de mayores
donde poder verse solo y tirar allí la toalla.

Todo eso para que no le viéramos hacerse viejo
y sólo recordáramos su andar como con muelles,
sus ironías contra los frailes y contra los reyes,
su agilidad en el Gonia al trimar el aparejo,
o su cuerpo flaco y joven en la Torca del Carlista
cansado, barbudo y sucio, con los huesos a la vista.


Pues sí que lo conseguiste, Carlos, y nos has dejado
un buen recuerdo manejando el timón o las varillas,
surcando el mar en ese barco de vivir de rodillas
escorado y con el arnés, o frente a Mouro aboyado,
o buscando el agua bajo las iglesias y los menhires
con la concentración y la mirada de los faquires.

Pero eso no nos consuela de que te hayas ido solo.
Hubiéramos preferido tenerte a nuestro lado
hasta el último momento, y decir adiós a Eolo
desde mi Corto Maltés en un día ventilado,
y apagarte en la cubierta, entre el estay y la escotilla,
después de haber escrito juntos la última cuartilla.

Y no solo en una cama del hospital Valdecilla
rodeado del monitor, el suero y la bacinilla.

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Y aquí el dibupoema, con las estrofas marcadas en rojo (clic encima para verlo mejor):